4.07.2008

escenas de viernes

Escena I:

Viernes al mediodía. Me reúno con las dos únicas que podría considerar mis amigas de la oficina. Celebramos dos cumpleaños y un engagement. La del engagement se casa en Acapulco y se va a vivir a NY, ofallplaces. Hoy hemos cambiado la galletita apurada y el café oficinil por una botella de vino, un carpaccio de salmón y una pizza gourmet. Hablamos de hombres en lugar de alumnos. De otras cosas. Sabedioscómo la conversación llega al siguiente punto: "¿pero qué fue lo que pasó?" y la respuesta viene de alguien más "pues es que tu estilo no es que te protejan ni te cuiden, ¡tú eres independiente!" y después "no, eso no iba contigo". Yo me quedo callada. Estaban hablando de mí.

Escena II:

Nunca fuimos amigas. El día de la graduación, la querida A no me dejará mentir, G me dijo mis verdades en el baño. Luego me abrazó y declaró que toda esa mala vibra que siempre me tuvo quedaba atrás. Whatever. Nos vemos ocasionalmente y la saludo de lejitos. El viernes le llamó y me escribió. Resúltase que ella y su esposo han estado pensando en mí. Porque, bueno, primero, aclarando ¿estás soltera, verdad? Tenemos un amigo MUY EXITOSO que te queremos presentar. Y es que se nos ocurrió para tí porque es bien inteligente y tiene un libro publicado. Y como, ¿estás soltera, no? pues creo que te puede interesar muchísimo. Me pide permiso para darle mi número y que nos conozcamos. Tomo valor. Respiro hondo. Lo digo dulcemente. Los blind dates me parecen una cosa ho-rro-ro-sa, francamente. Se medio desconcierta pero insiste. Es guapo, inteligente, tiene 30ypico. Enfatiza en mi estado civil, del cual, aparentemente, no estoy muy al tanto. Me mantengo firme hasta que llegamos a un acuerdo: Ella y su marido organizan algo, y nos invitan a ambos. Oye, ¿pero entonces le doy tu número y ustedes se ponen de acuerdo? No, corazón. Yo no trato con desconocidos. Por más exitosos, publicados y buenmozos que sean. Por más soltera que yo esté.

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