2.28.2008

parálisis

A veces me hago esto. Elijo un vestido para el día de enmedio de la semana, balanceo cuatro compromisos, dos deadlines y seis horas de clase sobre trece centímetros de tacón. Negarme. Sin planearlo, claro, pero también. Todo por el viaje y su todavía sorprendente outcome. Eso y que terminé el libro de Lessing y sigo sin saber qué hacer conmigo misma. Se me olvida escribir. Escribirme porque de otra forma no existo. Entonces por ejemplo, se me ocurren cosas, así: Luego de la ducha y antes de salir me pongo un fondo negro como si fuera la cosa más normal del mundo instalarse en los años cuarenta. Encaje arriba, tirantes delgados. Me miro al espejo y olvido que la columna de esta semana está inconclusa. Me gusto y no soy la única, es lo único que importa.