12.29.2006

navidad

Cocinamos lo que había que cocinar. Todo picadito fino (él pica más fino que yo). Hubo pavo, gravy, relleno, pasta, pan, vino. Ninguno llegó al postre, parece. Hace muchos años que no había tantos regalos. La novia perenne de mi hermano le dio la bienvenida "a la casa de ellos" y le notificó que quedaba automáticamente inscrito al sindicato. Eso sí, no tiene derecho de postularse a la presidencia hasta nuevo aviso. El regalo emotivo de la noche, las llaves que nos dieron a los tres y el speech sobre las puertas abiertas. Después la carretera, la vuelta, la boda y encontrarnos de pronto tecleando uno frente a otro bajo la bugambilia de mi abuela, como si fuera el verano. Wondereando dónde se consiguen tapas de empanadas para cocinarles a los esmitrramírez esta noche.

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