8.28.2005

blog y tacos

Últimamente el blog es un fastidio, un lugar ajeno. Últimamente no sé qué hacer con el blog. No la escribancia ni la escribición, eso es otra cosa. Nadamás este lugar que supuestamente es mío y ya. Yo y punto. Pienso en eso este mediodía que me pongo los jeans de anoche sin haberme bañado. Los jeans recién levantados que todavía recuerdan la fiesta de anoche, los mismos que tan pronto se han olvidado de la pulgada y media que debí amputarles antes de llevarlos a la calle del sábado por la noche. Una camiseta cualquiera, amarilla pegadita, las chanclas brillosas de She-ra. A comer tacos a La Esquina. Me gusta el lugar por el lugar en sí, pero los tacos, los tacos, ay los tacos. También me resultan ajenos. Con doble tortilla de maíz. Uno no usa doble tortilla de maíz cuando la tortilla es así de gruesa. Excepto tal vez en Baja California, los tacos esos de pescado o de camarón, pero incluso ahí no siempre. Error número dos: La cantidad del relleno. El principio del taco es la brevedad del relleno. Si no uno se serviría un plato del guiso equis y lo acompañaría con una tortilla, pero no al revés. Un taco no puede nunca llevar tanto relleno. Eso explica la doble tortilla pero no la justifica. Le doy un trago bien helado al jarrito de naranja y hago una nota mental para el dueño de este lugar que como sea me gusta. Me gustan los luchadores en las paredes, me gusta el exterior, me gusta la gente hermosa que viene desmañanada tras el lente oscuro a comerse un taco. Todavía traen pedacitos de glamour en las pestañas y por eso no se quitan los lentes, piden un taco en shorts, se sientan en la barra mirando a la calle. Me gusta saber que detrás de donde dice Employees Only hay un after hours súper exclusivo. Sin embargo, el guiso de papa con chorizo tiene las papas muy grandes. En fin. Suspiro. El blog que últimamente me fastidia. El blog al que no tengo ganas de explicarle nada. El blog que me ha hecho esclava del detalle, de la justificación. Dos, tres, cuatro personas que dicen ¿oye, y entonces quisiste decir tal cosa?, oye, no te entendí lo último que escribiste. Recuerdo una entrevista con, tal vez Umberto Eco. Tal vez Umberto Eco respondió que lo que estaba en el libro (tal vez en El nombre de la rosa) era lo que él había querido decir y ya. Y que si eso no quedaba claro, era una lástima y punto. ¿Por qué le ponen repollo al taco de papa con chorizo? Ahora estoy francamente desilusionada. No hay por ninguna parte una quesadilla, un taco con una embarradita de frijoles. Y qué querías tonta, aquí no lo vas a encontrar. Pues no, ya lo sé, pero como sea. Anoche cuando fui depositada en mi hogar luego de la fiesta esa de argentinos y doctores mencontré un episodio de ER a la mitad. Qué buen timing. Después, después, ah, después. Después todo es de noche hasta que de pronto uno está sentado mirando la calle nublada, la calle que quiere llover con un taco farsante en la mano.