5.07.2004

Viernes, cuatro de la tarde. Tengo 1950 reactivos que calificar. Mis alumnos de las siete y media presentaron hoy el final. Ellos ya son libres y yo por lo pronto no. Tocan mi puerta. Una personita con "gafette", voluminosa mochila y múltiples hojitas en la mano se presenta: Ingeniería de servicios. Es usted--mira el nombre en su hojita, el rótulo de mi puerta, mi rostro, el nombre en la hojita...Espera a que yo la interrumpa. ¿De verdad será tan difícil? Suspiro. Sí, soy yo. Tengo aquí un reporte de que su máquina tiene virus. Sí, bueno, eso fue la semana pasada, ya está todo arreglado, muchas gracias. Es que las máquinas que tienen virus me las tengo que llevar. ¿QUÉ QUÉ QUÉÉÉÉÉ? La miro como si estuviera loca (ella, no yo). No, ya le puse el parche y funciona perfectamente. Bueno, pero es que tal vez usted no la compuso bien y tenemos que asegurarnos. ¿Y qué hago yo mientras? ¿Cuándo me la regresarían? Pues por ser viernes ya sería hasta el lunes, verdad. No, mire, le agradezco mucho, entiendo que estaban muy ocupados y que por eso no vinieron una semana antes, pero no se puede usted llevar mi computadora, y mucho menos en fin de semana. Aparentemente esto no estaba en el manual que indica cómo ingeniar servicios. Esteee...y...bueno, ya sé....nadamás déjeme ver si tiene todas las actualizaciones. No me tardo nada. Blah blah. ¿Para qué diablos quieren llevarse mi máquina? Tiene virus, no les sirve. Es viernes.