4.28.2004

I

Desde anoche me siento un poco como la mujer de Lot. Me han despojado de la facultad de mirar atrás. Voy a tener que empadronarme en el censo de víctimas urbanas de rateros de espejos de autmóviles. Pero no me gusta ser víctima. No me gusta ser de esas que dice "ay pero qué barbaridad, así ya no se puede vivir". Porque no es cierto, sí se puede. Son un par de espejos. Lo malo es el dinero, por supuesto. Quiero escribir sobre lo que hubo anoche, sobre "Lo anterior" y mi encuentro iluminador con Cristina Rivera Garza. Hoy me toca fungir y se me había olvidado. Damn. Me puse tenis. Es muy difícil ejercer la autoridad y la representación en tenis. Pero esta mañana fue ya imposible. Después del vino y el humo y las risas y los encuentros y los re-encuentros. Después de las palabras.

II
He encontrado la excusa perfecta para cuando no he contestado un email: Analfabetismo electrónico selectivo. Leo los que se me dan la gana.