2.26.2004

Traigo mucha ciudad encima. Toda la que se puede. Traigo dos ciudades encima. La mía y la otra. La de cada uno de los que me han pedido que haga algo por ellos. Me voy. Renuncio. Tal vez sea hora de convertirme en otro tipo de ciudad. O tal vez puedo volverme libro, o limonada o rayo de sol en la ventana.