1.27.2004

Qué horror. Espero que no sea siempre así. Hoy la inauguración del aerodance(*) supuso un interludio entre una junta y más trabajo. Yo quería que fuera más bien la indicación de mi hora de salida. Y heme aquí, en tenis y ponytail terminando de contestar mails atrasados, imprimiendo un caso y elaborando las notas de enseñanza. Muy mal, muy mal. Me duele la espalda. Tengo frío y hambre y más me vale terminar pronto. Mañana voy a enseñar un caso en una clase avanzada de universidad. Tengo miedo y no. A ver qué sale.
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(*) El aerodance, just for the record: NO implica el uso de arneses ni movimientos à la Cirque du Soleil. NO es en traje de baño (¿me oíste?). El aerodance es una de esas cosas de las que hoy no tengo ganas de hablar. Volver a este sitio más tarde para ver si ya se me dio la gana.