5.22.2007

12:27 AM

Creo que cuando dejé de escribir fue cuando lo de afuera se volvió más importante que lo de aquí. Cuando empecé a envejecer. Cuando decidí, dejé, aprendí y quise. Cuando me dí cuenta que lo de aquí son pendejadas, que frente al cáncer a quién le importa un tlacoyo y frente a la deshonra los martinis no sirven para nada. Cuando supe que las palabras que mi mamá quiere leer no van a estar nunca aquí, cuando todos los días dudo que esas palabras existan. Cuando quiero decir, "cuando estemos en Buenos Aires" y me muerdo la lengua para no herir. Cuando mi abuela, en otra parte y mi corazón, partido y él que ya sabemos que no devolvió jamás ese pedazo y vos, vos que me hacés tanta falta, vos que tenés la figurita del agujero que tengo, el agujero que tanto pesa. Ése agujero a donde me parece que se fueron las palabras, chupadas, abolidas, extraviadas. Los renglones pasan y pasan en los cuadernitos que siguen viajando, que van y vuelven de Asia en las mismas condiciones. Tanta pinche palabra desperdiciada.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Muy buen post! Hace mucho que no te leía. No te veo desde que cenamos los tres en el Pere Pinard. Ya me pondré al corriente con lo posteado. BTW ya no soy sólo fan de tu escribancia, ya soy Fan Ph. D. Saludos a él también.

10:10 a.m.  

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