4.10.2006

shrapnel

Foto : Julio 2010. El vecino seguía ahí. Yo ya no.
De regreso de mis pendientes matutinos, eligiendo rutas alternativas (voy despidiéndome de a poquito de la ciudad), en el primer día de primavera de verdad, con los pájaros cantando y el sol y toda la cosa, planeo el primer post de la semana: "Marcharemos". Después me cambian los planes quién sabe cómo, a escasos metros del escritorio. El vecino viejito está sentado en la banca de siempre, esa donde la clochard duerme por las noches. El mismo que siempre dice Hello precious y también, mientras sube despacito las escaleras Remember to never get old. Lo saludo como siempre y comento algo sobre el maravilloso clima. Me saluda y después, después se da cuenta de que no me conoce. Me lo dice. Se disculpa. No quiero que se preocupe, le cambio el tema. Me cuenta. El viernes le quitaron todos los dientes inferiores. Una esquirla, la culpable. Alojada en la sien desde 1941, bajó lentamente hasta la mandíbula y se infectó. Todos estos años, ninguna máquina de rayos x se dio cuenta. Con cuidado saca del bolsillo una gasa amarillenta, con cuidado la desdobla, después, un pedazo pequeño de papel, más amarillo todavía. Al final, un triangulito azul. Luego vuelve a lo que a él lo angustia y a mí me parte el corazón. It's so funny I don't remember you. Which apartment? Did you just move in?
I'm so sorry, why don't I remember you.
Quiero abrazarlo, quiero decirle que se olvide también de este momento, que disfrute el sol, y se lama las encías y apriete otro poquito ese pedazo de vida que le acaban de sacar de la quijada. Quiero que para él también sea primavera.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Lograste que lo imaginara todo... incluso tu nostalgia.

2:13 p.m.  

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