4.26.2010

rumiante

Me gusta Twitter por su brevedad. (Me leo y voy viendo que empiezo a escribir como si para una cierta revista). Porque me obliga a editar, refinar, sintentizar. El problema, - mi problema- sin embargo, es que mi asiduidad a Twitter ha sido a costa del blog. Porque me voy dando cuenta de que todo eso que antes era una semillita de un post: un encuentro en la banqueta, el comentario absurdo de la vecina, la pelusa de mi escritorio, en lugar de ir a parar a un cuadernito, el reverso del recibo de la luz, un postit en mi oficina, es tecleado rápidamente en el teléfono. Y uno no puede seguir masticando lo que ya escupió. Así que tal vez sea hora de elegir.

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