9.16.2007

aftermath

Nadie te dice nunca cómo es después. Queda un polvillo horrible que se mete por todas partes y no sale con nada. Uno se acostumbra poco a poco al olor, uno empieza sólo a advertirlo al entrar o salir. Con el hollín pasa diferente. Se mete a todas partes, se aferra a las orillas, se anida en las esquinas. Nunca nadie te dice que luego de que los bomberos y la policía y el ministerio público y los curiosos y los solidarios se marchan hay que limpiar cada cosa. Que cada cosa que tienes requiere atención, evaluación, limpieza.

Todos están bien. El hollín no se quita.