5.26.2003

El fin de semana, despedida de soltera para una de mis amigas de la infancia. Comida íntima, en realidad. Las más cercanas, en mi casa, a comer lasagna y ensalada. Es raro, encontrarlas iguales que cuando las reuniones eran en torno a un plato de papitas y té helado, y el motivo alguna tarea escolar. Y al mismo tiempo, cambiadas, a punto de casarse, o casadas. Con casas y cosas de casadas. Comprando víveres, preparando cenas, decidiendo sobre los hijos. Y a veces me siento un poco extraña. Porque al fin de cuentas, la que se fue fui yo. Me divierte un poco que me piensan glamorosa de pronto. Que lo que ven son los viajes, y las salidas y los 'romances'. Pero la mayor parte del tiempo no es así. La mayor parte del tiempo soy la misma que se la pasaba en los libros, la obediente, la responsable. Pero sí soy diferente. Igual preparo de comer y hago maletas, pero por distintas razones. Lo de los hijos también preocupa, pero de otra forma.