4.30.2010

single brown female

I need a really fat, ugly husband.

A grateful man that will do anything.

Sigh.

Etiquetas:

4.26.2010

rumiante

Me gusta Twitter por su brevedad. (Me leo y voy viendo que empiezo a escribir como si para una cierta revista). Porque me obliga a editar, refinar, sintentizar. El problema, - mi problema- sin embargo, es que mi asiduidad a Twitter ha sido a costa del blog. Porque me voy dando cuenta de que todo eso que antes era una semillita de un post: un encuentro en la banqueta, el comentario absurdo de la vecina, la pelusa de mi escritorio, en lugar de ir a parar a un cuadernito, el reverso del recibo de la luz, un postit en mi oficina, es tecleado rápidamente en el teléfono. Y uno no puede seguir masticando lo que ya escupió. Así que tal vez sea hora de elegir.

Etiquetas: ,

4.25.2010

incompleta

Casi las ocho y apenas se termina el sol de domingo. He pasado una buena parte del día adentro. Sin pintarme ni peinarme. Como que me la he ido creyendo poco a poco. Eso de crecer e ir perdiendo las energías. No crecer. Envejecer, secarse uno por dentro. Y al mismo tiempo, esa serenidad que sólo puede llegar cuando te deleitas en los nardos que compraste el viernes y perfuman la casa. Sentirme tanto en casa. Pasar el domingo sabiendo que debo trabajar y no hacerlo. O hacerlo a medias, pero siempre de manera incompleta. Querer dormir, darle un trago a la copa de vino. Mirarme en el espejo. Oler otra vez los nardos. Extender el tapete de yoga y volverlo a guardar. Querer hablar con la güera. Extrañar a la güera. Abrir un libro, cerrarlo, dejar otra revista en medio de la sala, mordisqueada pero sin comer.

postsecret

Dear Frank:

One day we would love to tell you a story. One day.

Etiquetas:

09/05/09

El hombre que me trajo a casa hoy a las tres de la tarde era el último pendejo del mundo. Pagó ocho mil pesos para que alguien se lo dijera. A las dos cuarenta y seis se detuvo en Vasconcelos. Abordé. Nos saludamos cortésmente, ambos sofocados por los cuarenta grados. Y es mayo apenas, dije cumpliendo rápidamente con el protocolo climático de dos extraños que deben compartir un espacio efímero. Después quise sumirme en la indiferencia, el sopor, la semana tan mala que está por terminar. Pero él dijo: Lo bueno que el lunes ya me cambio de oficio. Lo mire por el retrovisor con curiosidad. Llevaba un camisa de manga corta a rayas y un anillo cuadrado de oro. Depositó la noticia en mis oídos como si fuera un tesoro.

Estuve callada una cuadra sin saber bien qué contestarle. Aclaró que acababa de transportar a un supervisor de recursos humanos de una empresa que estaba buscando a alguien como él. Dijo que me presente el lunes ya con una solicitud hecha. La muchacha que me va a atender ya me va a estar esperando. Él es el que mueve todo ahí, y yo lo llevé. Lo felicité. Así ya no va a asolearse tanto, porque, qué calor, ¿no? Intento devolvernos a terreno neutral y metereológico.

No. El silencio nos dura ocho pesos. Después ni los cuarenta grados van a salvarme.

Al menos una buena noticia, con lo del trabao nuevo. Hoy me habló la licenciada. Es que me estoy separando. Yo quería arreglar las cosas. Le puse el carro a su nombre. Le dí el dinero de una casa que se vendió. Porque hay que hacerle la lucha. Tenemos dos niños. Uno de diez y otro de cuatro. La licenciada dijo que ahora ella metió una demanda. Y pues así ya no se puede. Voy a tener que sacar las fotos.

Faltan como veinte pesos para que lleguemos a mi casa. Es obvio que ya no lo puedo ignorar. Busco sus ojos en el retrovisor. Aprieto los labios y subo las cejas en un gesto sincero de empatía. Sí pues..., empiezo a decir.

Es que ella tiene novio, dos meses apenas que nos separamos. Y su familia lo conoce. Se fueron a la presa, questoquelotro, se agarraban de la mano. Un vecino luego me dijo que él también los vio. Pero hasta después me dijo. Diez años con ella, fíjese. Seguro ya lo tenía desde antes, para que su familia lo conociera y todo. Y me salió con eso.

Así es a veces la gente, le digo yo, y me doy cuenta de que le estoy diciendo gente a su mujer.
No se vale, digo y meneo la cabeza y por la ventana veo a un oficial de tránsito relamerse los bolsillos mientras se aleja de una víctima y vuelvo a menear la cabeza y sigo pensando que no se vale. Después, se me ocurre: ¿Y usted tiene unas fotos?

Pos es que yo quería estar seguro. Y le pagué a un bato para que averiguara. Pero ya que nos habíamos separado. Consiguió todo bien rápido. El mismo día. Ella le prestaba el carro. Lo veía en casa de sus papás. Ya lo tenía de tiempo. Y-puess-di-ce-que-no-me-que-ría. ¿Usted cómo ve?


Yo creo, le digo, pensándolo con cuidado, creo, y subo la voz porque se la lleva el aire por la ventana, que la gente puede hacer lo que quiera, pero que juegue derecho. Que digan que mejor se rajan, o cuáles son las condiciones, para saber si uno se queda, ¿verdad?

Sí porque pos hay unos que ni les importa, y saben y todo nomás se están haciendo. Pero ahí cada quien.

Estoy de acuerdo. Entonces somos camaradas hasta que me invade el morbo: ¿y cuánto le cobró oiga, por las fotos?

Ocho mil pesos, fíjese. Pero es bien rápido. Para ese día que yo le hablé ya tenía información. Y dice la licenciada que sí las vamos a poder usar. Yo no quería. Yo le ofrecí más dinero, y le dí el carro. Pero ya con esto así, pues cómo cree. Si hasta me dijo mi hermano, ¿sabe lo que me dijo? Ay güey, si eras el último pendejo que quedaba.

Y menea la cabeza y yo también.

¿Cómo le hace alguien para pagar tanto dinero por unas fotos que le van a romper el corazón?

Ya llegamos ¿verdad? Son treintaycuatro pesos.

4.24.2010

manguera

Hoy recordé que había una época en la que la policía venía a infraccionarte si estabas regando tu jardín y el agua de la manguera llegaba a la vía pública. ¿Cuándo dejó de suceder? ¿Cuándo llegamos al día en que pensar que la policía se ocupe de cuidar el agua es una idea ridícula y absurda?


Etiquetas: ,

4.23.2010

60 días

El cuerpo se comporta como el electrodoméstico fuera de garantía. Me está saliendo como minutos fuera de plan. Como kilómetros extra, horario nocturno, tarifa sin subsidio, cambios en el menú, etcétera.

Quiero decir, se descompone. Cobra caro.

El cuerpo, que se comporta de pronto como producto similar. A sí mismo. Pero en otra época.

Etiquetas:

4.22.2010

ni eso

Hay gente que ni por favor puede decir.

4.19.2010

peticion

(sin acentos)
A veces me gustaria que fueramos todos un poco mas sinceros. Que dijeramos sin tapujos lo que queremos del otro para que el otro decida. Pero nada de andarlo endulzando ni velando ni poniendo en otras palabras. Si ya todos lo sabemos. Siempre hay uno que se aprovecha del otro. Digamoslo. Asi, para ver si todos estamos dispuestos.

4.18.2010

minimalista

Es jueves por la noche. Has tenido una semana bien larga pero de mejor humor que las últimas. Ves la luna, una uñita apenas iluminando la ciudad. Piensas en tuitear este momento. Hace algunas semanas todos tuiteaban sobre la increíble luna llena. Tú la viste y te maravillaste pero no te pareció digno de tuitear ni de señalar. Esta temporada eres una persona minimalista en lo que a lunas se refiere. Reparas en que es sólo esta temporada y te preguntas quién serás la siguiente temporada. Te sorprende que todavía no te has decidido, you haven't made up your mind, en lo que a la luna se refiere. Cuando vivías en casa de tu abuela te encantaba dejar la puerta abierta en la noche un ratito mientras leías y espiar el rayo de luna que iluminaba el tendedero. Ahora sólo miras la luna cuando manejas de regreso del trabajo. Estos días anochece más tarde y sigues terminando de trabajar cuando está la luna afuera. Un día a la semana por lo menos. Iría siendo hora de que te decidas si te van a gustar las lunas hinchadas, repletas o más bien las de esta semana, calladitas, discretas. No lo sabes todavía. Sabes que escribes cada vez menos pero que de pronto lo haces con un poquito más de propósito. Con contundencia. Con tristeza encuentras que el blog es cada vez más flaco. Que te has dejado llevar por la manía del estatus, los ciento-cuarenta-caracteres. El texto largo más público. En otras partes. Sin la deliciosa cobija del anonimato. Extrañas eso. Escribir en voz baja y sin los aplausos. Sin espacio para el comentario secreto. ¿No era eso lo que querías? Poder firmar. Ir poco a poco haciendo una carrera de letras. Con palabras de verdad. Parece que tampoco eso te satisface por completo. Y la vida va siendo un poco eso. Las palabras que no terminan nunca de gustarte.

4.13.2010

embarazosas

Que alguien por favor me explique por qué las embarazadas que salen en Facebook están todas deteniéndose la panza como si se les fuera a caer en cualquier momento.

4.05.2010

urticaria

Juro que pienso volver. Que me pican los dedos de comezòn de escribir.

Etiquetas: