5.30.2009

Agua Fría


" [...] Quizás ese es el problema. Porque, seamos justos, tuvieron una historia. Tuvieron. Hubo un cuento. La gente dice eso: tuvieron una historia, hubo un cuento. No fue un novelón, ni una teleserie. No hubo un gran escándalo ni corrió sangre; quizás porque tampoco hubo tanta pasión, tanto enredo. Pero hubo algo, más que algo, y ambos lo saben. Lo que faltó fue un final. Como siempre. Quizás ese es el problema. No cerrar, volver a abrir, quedarse en la nebulosa, en suspenso; herirse para no herir al otro, sentir no—sé—qué pero no sentir tal y como la otra persona quisiera, quedarse atrapado, enredado pero, por sobre todo, solo."

Alberto Fuguet, "Agua Fría" cuento inédito en Soho

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5.28.2009

mami

Esta semana ha sido de graduaciones. De lanzarlos al mundo y empezar a olvidarlos. De cruzar mucho los dedos para que les vaya bien. De cruzar los dedos para que nos vaya bien a nosotros con ellos aquí sueltos. Para cada ocasión hay un protocolo, un ritual, un tipo de abrazo, de palabras.



En la última graduación, pasada la media noche, alguien grita:

"miiiisssss, eres una mami, miss!!"

Y me hablaba a mí.

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5.23.2009

poor thing

Amy Fuckyoubabe has no fucking idea. She has, we insist, no idea.

She, the poor thing.

ética

Hoy, en caso de que a nadie le interese, tuve un momento robin williams-michelle pfeiffer-hillary swank en la escuela. Y lo disfruté, sí señor.

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5.20.2009

finales

Cosas que escuché hoy antes de aplicar un examen final:

- A ver a ver, dime rápido qué más te dijeron que viene...
- Nambre güee, este examen es de suerte: como te puede tocar uno bien fácil te toca uno bien difícil.

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5.17.2009

en voz alta

Hace días que venía masticando un asunto pero hasta que lo leí esto en, where else, el New York Times, decidí que tenía que ponerlo en la pantalla.

"Leer en voz alta recaptura la fisicalidad [corporeidad?] de las palabras. Leer con pulmones y diafragma, con lengua y labios, es muy diferente a leer sólo con los ojos. El lenguaje se convierte en parte del cuerpo, por lo cual siempre hay una curiosa ternura, casi una cualidad erótica, en esas escenas literarias de los siglos XVIII y XIX donde un libro se lee en voz alta en compañía. Las palabras no son sólo palabras. Son el aliento y la mente, tal vez incluso el alma, de la persona que está leyendo"
A lo que iba yo era que pensaba, justo hace dos, tres semanas, que El Hombre (aquel que sí) tiene que ser capaz de disfrutar ese acto tan cotidiano que tengo de elegir una página que me tiene pensando o riendo o que simplemente me gusta y abrir la boca y decir, mira, mira, ve esto. Creo que al hermanuel a veces lo mareo un poco. Pero en general quiero pensar que le gusta. Seleccionar algo del Shouts and murmurs, o del libro de Junot Díaz, o del periódico o de un blog y decir, ve, y entonces tomar aire y leer.

Eso, eventualmente quiero pasar la vida al lado de un hombre a quien pueda leerle en voz alta. Y que me lea en voz alta. Y no, no será en una sala de cuidados intensivos.

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5.14.2009

(ausente)

Estoy cansada, dividida, distraida. No avanzo. Es como si en la cabeza tuviera abiertos seis o siete documentos de tres o cuatro aplicaciones diferentes. Como si de pronto, a esta edad, me hubiera dado déficit de atención agudo y severo. Nada de lo que hago termina de gustarme. Todo me parece chambón, inacabado, mediocre. Tardo horas en terminar las tareas más inanes. La gente me irrita y me impacienta. El trabajo no me apasiona. La vocación sigue ahí. Pero los pasos que requiero para cumplirla son insoportables. Los textos se me van quedando a la mitad mientras completo formularios, contesto correos electrónicos. Tengo migraña y sueño y ganas.

Y tal vez, tal vez no sea más que un asunto del corazón.

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5.13.2009

adelanto- La Boda

Pasaron tantas cosas que al final voy de a poquito reconstruyendo el viaje a Oaxaca con el mismo empeño que los científicos forenses de CSI y el espíritu de Kurosawa en Roshomon.

Van dos viñetitas

I- El pererinaje

Llegué a Oaxaca en un avión chiquito de Aeroméxico, catorce horas más tarde de lo previsto, pero un día y medio antes de que se celebrara la boda. El señor que se sentó junto a mí también iba al festejo, al igual que un montón de señoras de pelo abombado y teñido en escandalosos tonos de rojo, amarillo y café. Todos eran desconocidos pero cuando vieron que arrastraba (a esa hora ya lo arrastraba) un portatrajes de plástico tuvieron a bien adivinar en voz alta que yo también iba a la boda. ¿Desde dónde vuelas? ¿Eres amiga del novio o de la novia? Ah. De haber volado en las aerolíneas de bajo costo, con la gente de mi income bracket, esta conversación sería innecesaria. A los adultos no se les puede decir, así de sopetón, soy exnovia del novio y amiga de la novia. Y luego ampliar: nos hicimos amigas porque ella vivía con él cuando fuimos novios. Pero no, en ese entonces no eran novios. De eso hace siete años. En realidad lo único que importa es que los quiero con locura a los dos. Eso y que debía portarme como la gente. O al menos, no debía comportarme como Alma Muriel en ninguna de sus presentaciones.

II- Closing scene

Son las cuatro de la mañana. Eduardo me tiene tomada de la muñeca. Ojo, no de la mano, como novio cómplice, no del brazo, como caballeroso acompañante. Eduardo lleva con una mano mi celular y el rebozo fino de mi madre por el cual he debido dejar una importante suma de dinero en fianza, y con la otra me detiene la muñeca. Como si yo tuviera cinco años y me hubiera portado mal. Dice que debemos irnos, que es tarde, que ya se terminó la música. Yo lo sigo dócilmente. He bailado mucho.

Algunos por venir:

III- Filosa (Conversaciones Varias)
IV- Interludios turísticos (sountrack TBA)
V- The aftermath (el walk of shame)

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5.11.2009

lamento

Este cuerpo mío está convirtiéndose en un lamento. Un lamento quedo y constante. No es mi caso. Yo lo escucho y no lo escucho. Lo miro, lo veo, intento negociar, consolar, explicar. Pero no hay razón. Ésa es la esencia del cuerpo, la sinrazón. Y pasa que no nos entendemos últimamente. Que ya no quiere encontrarme ahí donde habíamos quedado.

Cuando uno piensa en curvas, se le ocurre que son suaves y redondas. Y cuando uno piensa en ángulos, estos son duros y fríos y tensos. Con el cuerpo sucede curiosamente lo contrario. Al menos con este cuerpo. Este que de ordinario es flaco y plano y otra vez, como cada tanto, se endurece un poco. Los ángulos trocan en curvas. La piel se tensa, se duele. Cada tanto -a veces él lo sabe mejor que yo- el cuerpo hace esto. Dice, me dice. me llama. Para esto servimos. Para esto estamos listos. Lo miro. Lo toco. Siento pena. por que sé que está de alguna forma desperdiciándose.

El fin pasado vimos Elegy de Philipp Roth. Y me quedé n poco con eso. El asunto del cuerpo y la juventud. No la mental, sino la física. Aunque también. La pérdida de ambos. ¿Qué queda después de que se pierde el cuerpo? ¿A dónde tenemos que irnos cuando se gasta? ¿Cuáles son las posibilidades ante este horizonte tan finito, tan aquí nomás?

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5.08.2009

el último que quedaba

El hombre que me trajo a casa hoy a las tres de la tarde era el último pendejo del mundo. Pagó ocho mil pesos para que alguien se lo dijera.


A las dos cuarenta y seis se detuvo en Vasconcelos. Abordé. Nos saludamos cortésmente, ambos sofocados por los cuarenta grados. Y es mayo apenas, dije cumpliendo rápidamente con el protocolo climático de dos extraños que deben compartir un espacio efímero. Después quise sumirme en la indiferencia, el sopor, la semana tan mala que está por terminar. Pero él dijo: Lo bueno que el lunes ya me cambio de oficio. Lo mire por el retrovisor con curiosidad. Llevaba un camisa de manga corta a rayas y un anillo cuadrado de oro. Depositó la noticia en mis oídos como si fuera un tesoro.

Estuve callada una cuadra sin saber bien qué contestarle. Aclaró que acababa de transportar a un supervisor de recursos humanos de una empresa que estaba buscando a alguien como él. Dijo que me presente el lunes ya con una solicitud hecha. La muchacha que me va a atender ya me va a estar esperando. Él es el que mueve todo ahí, y yo lo llevé. Lo felicité. Así ya no va a asolearse tanto, porque, qué calor, ¿no? Intento devolvernos a terreno neutral y metereológico.

No. El silencio nos dura ocho pesos. Después ni los cuarenta grados van a salvarme.

Al menos una buena noticia, con lo del trabao nuevo. Hoy me habló la licenciada. Es que me estoy separando. Yo quería arreglar las cosas. Le puse el carro a su nombre. Le dí el dinero de una casa que se vendió. Porque hay que hacerle la lucha. Tenemos dos niños. Uno de diez y otro de cuatro. La licenciada dijo que ahora ella metió una demanda. Y pues así ya no se puede. Voy a tener que sacar las fotos.

Faltan como veinte pesos para que lleguemos a mi casa. Es obvio que ya no lo puedo ignorar. Busco sus ojos en el retrovisor. Aprieto los labios y subo las cejas en un gesto sincero de empatía. Sí pues..., empiezo a decir.

Es que ella tiene novio, dos meses apenas que nos separamos. Y su familia lo conoce. Se fueron a la presa, questoquelotro, se agarraban de la mano. Un vecino luego me dijo que él también los vio. Pero hasta después me dijo. Diez años con ella, fíjese. Seguro ya lo tenía desde antes, para que su familia lo conociera y todo. Y me salió con eso.

Así es a veces la gente, le digo yo, y me doy cuenta de que le estoy diciendo gente a su mujer.
No se vale, y meneo la cabeza y veo a un oficial de tránsito relamerse los bolsillos mientras se aleja de una víctima y vuelvo a menear la cabeza y sigo pensando que no se vale. Después, se me ocurre: ¿Y usted tiene unas fotos?

Pos es que yo quería estar seguro. Y le pagué a un bato para que averiguara. Pero ya que nos habíamos separado. Consiguió todo bien rápido. El mismo día. Ella le prestaba el carro. Lo veía en casa de sus papás. Ya lo tenía de tiempo. Y-puess-di-ce-que-no-me-que-ría. ¿Usted cómo ve?


Yo creo, le digo, pensándolo con cuidado, creo, y subo la voz porque se la lleva el aire por la ventana, que la gente puede hacer lo que quiera, pero que juegue derecho. Que digan que mejor se rajan, o cuáles son las condiciones, para saber si uno se queda, ¿verdad?

Sí porque pos hay unos que ni les importa, y saben y todo nomás se están haciendo. Pero ahí cada quien.

Estoy de acuerdo. Entonces somos camaradas hasta que me invade el morbo: ¿y cuánto le cobró oiga, por las fotos?

Ocho mil pesos, fíjese. Pero es bien rápido. Para ese día que yo le hablé ya tenía información. Y dice la licenciada que sí las vamos a poder usar. Yo no quería. Yo le ofrecí más dinero, y le dí el carro. Pero ya con esto así, pues cómo cree. Si hasta me dijo mi hermano, ¿sabe lo que me dijo? Ay güey, si eras el último pendejo que quedaba.

Y menea la cabeza y yo también. ¿Cómo le hace alguien para pagar tanto dinero por unas fotos que le van a romper el corazón?

Ya llegamos ¿verdad? Son treintaycuatro pesos.

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5.05.2009

aniversario

Con el regreso a clases lo olvidaré.

Este blog cumplirá seis años, seis, este jueves.

Saquen el confeti.

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5.04.2009

eneunohache...

Quiero escribir sobre el cuerpo.
El mío.

Cómo hacerlo cuando estos días el que importa es el de los demás. El cuerpo colectivo. Nuestra salud. La de todos. La influenza, por lo visto, sería un tema más apropiado. Sobre ella voy a decir sólo lo de rigor.

1. El mundo se dividó por fin en dos: Los influenzofóbicos y los influezocínicos. Unos y otros son unos tarados.

2. Las teorías de la conspiración, apréndanlo bien, tienen un error fundamental: Descansan sobre la idea de que las personas conspiran. Ni los fabricantes de cubrebocas, ni Obama, ni el PAN, ni monsanto, ni el PRI, ni el G-7 ni tu abuelita ni la mía.

3. Hay que volver a leer a Norbert Elías. Si va a ser por la influenza, no importa. ¿Vieron que no era manía mía eso de insistir en lo de que estornudar como la mayoría de las personas no sólo es de pésimo gusto sino un riesgo para la salud de los demás?

4. Nos gusta sufrir. En el Bluckbuster estaban agotadas todas, todas las películas del fin del mundo, zombies, catástrofes y demás. Ándenle, ándenle.

5. Los medios. Los medios. Los medios. Lo siento, pero.

6. ¿Vamos a enfrentar el apocalipsis con tapabocas y botellitas de antibacterial? ¿Neeeeta?

7. El hermanuel es sabio: Sugiere que nos esperemos a ver qué trae el fin del mundo del 2012 que predicen los mayas. Capaz que este trae algo más interesante.

8. Quienes se quedaron en casa (pero sí salen al Blockbuster, al super, al oxxo) para protegerse del virus no se bañaron. Lo sé por su ropa y su pelo y su olor y sus apachurrados cubrebocas en las filas y en las calles.



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5.03.2009

pendientes varios

Es domingo y más me vale que empiece a escribirlo. La crónica de la boda, es cierto, pero también, el asunto de la influenza y el fin del mundo que todavía no lo es. Los encuentros y los reencuentros y el miedo de alguno a lo que voy a decir sobre ellos (¿tecae?)

Escribir sobre eso que hace unos días tengo pensado decirle al cuerpo, el maldito reloj biológico.

También, me topo con el especial de narcotráfico de Clarín y me enojo, ¿qué carajos hace el Santo en el menú? Como me pasó con las imágenes que pusieron en el especial que hizo la BBC. La diferencia entre el narco-kitsch y el just plain ol kitsch mexicano.

Suspiro y me largo a ver Conversations With Other Women. Espero después estar en condiciones.

5.02.2009

friday musings


Qué rara forma tenemos de elegir a nuestros afectos.