disposal

Hoy, en la oficina, mientras escuchaba Safari Vixen de Babasónicos los hice pedacitos pequeños: Los pases de abordar del viaje de diciembre a NY. El recibo de Aroma Wine Bar, octubre 2007. Las entradas de precios diferenciados a Iguazú. Su rostro haciendo una mueca, el tren de fondo, la remera de los NY Yankees, circa mayo de 2006. Luego me tomé otra taza de café y seguí llenando mi comprobación de gastos de viaje.
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manjuggling

Domingo: Vemos la tele con R. Nos reímos mucho. Con confianza y en pantunflas pero rico.

Lunes: Luego del sábado inusual, EN me avisa que ya tiene boleto.Me gustas y quiero conocerte, dice. Viene a verme Monterrey en dos semanas. Y también.

Martes: IM me manda mensajitos todo el día. Me dice cosas lindas. Quiere que nos veamos el sábado y si se puede también el viernes.
Miércoles: G pregunta qué hago el sábado. Miento y pregunto casualmente ¿qué plan? Aclara: No, no es "un plan". Te estoy invitando YO a salir a TI.

Jueves: Las doce del día y todo tranquilo. Whew.


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parálisis

A veces me hago esto. Elijo un vestido para el día de enmedio de la semana, balanceo cuatro compromisos, dos deadlines y seis horas de clase sobre trece centímetros de tacón. Negarme. Sin planearlo, claro, pero también. Todo por el viaje y su todavía sorprendente outcome. Eso y que terminé el libro de Lessing y sigo sin saber qué hacer conmigo misma. Se me olvida escribir. Escribirme porque de otra forma no existo. Entonces por ejemplo, se me ocurren cosas, así: Luego de la ducha y antes de salir me pongo un fondo negro como si fuera la cosa más normal del mundo instalarse en los años cuarenta. Encaje arriba, tirantes delgados. Me miro al espejo y olvido que la columna de esta semana está inconclusa. Me gusto y no soy la única, es lo único que importa.

reinauguración

Hoy martes, 26 de febrero de 2008, siendo las 7:42 de la mañana, damos formalmente por iniciada una era esbelta y buenona.

Hoy el cuerpo entró sin problemas y con holgura en un Low Rise Boot Cut talla 02 que usaba en estas épocas por demás lejanas.

guantanamadas

Me estaba interrogando. Cruel, cansina, incansablemente. Así que de pronto escribí en la ventanita: Dejémonos de guantanamadas por favor.

¿Quién dijo que la tortura no sirve para nada? Hoy inventé una palabra gracias a ella.

chillona

Despierto con calor, dolor de garganta, pesadez. Volar cansa. Entro a la ducha, elijo mentalmente la ropa. Entre una cosa y otra empiezo a sentir nostalgia. No sé de qué. Pero me duele algo adentro. Odio a la parte de mí que cuando ruedan las primeras lágrimas empieza a hacer cuentas y a justificar mientras aplica el humectante sin hacerme mucho caso. Ugh.

ADN dactilar

El dedo índice manda, eso se sabe desde siempre. Pero, me explican en una mesita del séptimo piso de Veintiocho de julio y Colón, no en todas las personas lo hace impunemente. Me río y dice que le gusta la forma en que sonrío. Qué original, no dijo que le gustaban mis ojos. ¿Por qué no le gustan los ojos? Me dice que somos distintos. Mucho. Pasamos la tarde caminando en Barranco, que es mucho más charming que Miraflores. Comimos ceviche, tomamos cusqueña. Compartimos un plato de chupe de camarón, porque ahora no hay langostino. Veda hasta marzo. Hay algo de complicidad en meter ambas cucharas en un mismo plato. Algo íntimo y agradable. Como la sopa. Y hablamos y hablamos y hablamos. De libros, de gente, de palabras. Le gustan las palabras (y mi sonrisa). Empieza a llover, y no es como en Coyoacán, aunque se parece. Porque aquí no llueve nunca y en Coyoacán sí, a cada rato. Entonces cita un capítulo de Moby Dick, donde Melville dice que esta es la ciudad más triste porque no tiene lágrimas. Pero él lo dice bien. Y así llegamos a la orilla del Océano donde atardece sobre las piedras. Y tomamos fotos y me sigue hablando y me gusta cómo me habla porque usa oraciones completas y bien construidas. Y se ríe de mí que hablo en cortazos y digo cosas como. Pero todos sabíamos que. El dedo anular a veces es el que manda. No en mí. Me lo explica luego de que hemos visto el atardecer más hermoso que ví a la orilla del Pacífico y nos hemos tropezado con la cosa más sorpendente que él haya visto jamás en esta ciudad, un clavo brillante que se retuerce contra las baldosas.

Entre el índice y el anular habremos de llegar a un arreglo.

delicias

Un calorón. La gente, los claxons, el sol. San Martín en la plaza. La catedral. Los chinos y las chifas. Hasta que me refugio en una cafetería que promete sanguches tradicionales. Pido uno.

Un pan francés tiernito. En medio tres cosas y nadamás. Chicharrón de chancho, camote y salsa criolla. Es decir, carnitas de puerco (porque acá el chicharrón son carnitas), camote (aquí tampoco es batata) y cebollita morada curada. Nomamesquédelicia. Un vasote de chicha helada. Uf. El paraíso inca.

señal

Uno debe dejar de adelgazar cuando el strapless bra -otrora firme en su grip de las carnes- empieza a optar por descender a latitudes más generosas pero más, digamos, tropicales en la geografía corporal.

maleta

Otra vez haciendo maleta. Debería hacer una búsqueda en el blogs, ahora que está por cumplir los cinco, sí, cinco años. A ver cuántas maletas hay. Cada vez más eficiencia, menos dramatismo. Se normalizó la empacación. Quién me viera. Yo, que a los diez no soportaba ir al day camp porque implicaba ver a mi mamá desde la ventana del camión diciendo adiós. Yo, que chillaba en todas las graduaciones nomás de oír las golondrinas. Yora que faltan como ocho horas para irme y que no tengo la visa y que me doy cuenta que la maleta está embarrada de aceite bronceador (qué irresponsabilidad, santa pacha) y que no he terminado de preparar lo que vamos a llevar. Ni nada de nada. Ah pero eso sí. Ya tengo neguorquin extracurricular con la industria periodística latinoamericana, que esperemos, se comporte.

impossible blueprints

Esta noche no tengo palabras propias. No. Más bien. Esta noche mis palabras no vienen acá. Así que tomo unas prestadas de, quién más, la Lessing, y las acomodo acá. Como recordatorio. Como instrucción. Es una orden. Y voy a hacer caso.

"Listen Anna, if we don't believe the things we put on our agendas will come true for us, then there's no hope for us. We're going to be saved by what we seriously put on our agendas. [...] We've got to believe in our beautiful, impossible blueprints".

karma

Cuando vuelvo a casa y es la una de la mañana. Se me ocurre que. Karma. Eso de portarse así, tan como ellos. Besar, trasnochar, y luego no contestar, no llamar, nada. No tener ganas. ¿Será que se regresa eso?


nah

Unsolicited Advice

Todo el mundo tiene uno ahora que estoy soltera. Me encantan.

Mi amiga Anyi de la prepa me escribe para decirme que "estuvo pensando" y que debería volver con mi novio de la prepa, quien, cabe mencionar, está casado (circa 2003), divorciado (circa 2006) y reconciliado (circa 2007). Leo en la ventanita lo que escribe y me asomo a ver si no tiene virus mi compu. Para Anyi la palabra clave es divorciado. Además, argumenta irrefutablemente (para ella) "se llevaban súper bien". Delicadamente le recuerdo que de eso hace diez años. Que yo no me pienso volver a la ciudad en la que crecí ni muerta y que no me parece que a él tampoco le interese la loca trotamundos descocada en la que convertí luego de que termináramos. Eso, aparentemente se soluciona "con que te tranquilices, que ya es hora". Me río. Anyi menea cibernéticamente la cabeza y aconseja "tú muévele el tapete y ya verás". Concluye recordándome que es mi única alternativa ya que hace dos semanas me negué a asistir a un blind date con el primo del esposo de no sé quién.

Mi amiga G, la traidora que se fue a vivir al DF tiene otra receta: un analfabeta guapote. Que no sepa leer ni mucho menos escribir. Que no tenga un blog ni sepa lo que es eso, me indica mientras compartimos un platote de sushi. "Bueno p'a sumar y multiplicar". Deberá babear cuando le diga palabras de tres y cuatro sílabas porque se las digo yo, no porque sepa lo que signifiquen. Con ese, dice G, "nomás se van a pelear porque estacionaste mal la troca, chihuaha".

Una compañera de trabajo es un poco más, digamos, metafísica. Viene con el pretexto de un proyecto que tenemos pendiente. A los cinco minutos empieza a contarme que una vez,fue con, y baja la voz, "mira, no sé si a tí te late o no eso, pero igual yo cuando fui era soltera ¿no?, es una señora que pues, ella ve cosas". Me apunta una dirección en un post it y me dice que cobra caro pero que no se equivoca. Me quiero reír pero me da pena. "Es que igual y pues necesitas que alguien te diga qué onda con tu vida ¿no? a mí me dijo mil cosas de mi esposo, y todavía no lo conocía, fíjate". Intento hacerla regresar al proyecto cuyo plazo vence en un par de semanas pero no se deja. Y se me va una hora escuchando las evidencias y las pruebas.

Mi mamá es más discreta pero también me envía forguards con verdades indiscutibles como: "Las mujeres inteligentes saben que...algunos hombres cambian, pero cuando lo hacen también cambian de mujer" y también que "toda mujer debe tener un equipo completo de destornilladores, taladro... y al menos un brassier negro de encaje".

Así que apúntese nomás, aconseje a la soltera que no cobramos.

freckled

Querido cuerpo:
Lo de la adelgazación está perfecto. Aunque ese par de jeans que te compré en Banana Republic el 2 de enero se te caigan, qué le hace. Lo de los músculos marcados está mejor todavía. Pero ¿pecas? ¿de verdad? ¿en la nariz, encima? Ni que sea pa tanto la asoleada.

pendiente

Que no se me olvide, a propósito del terrible 2-0 en el torneo de clausura 2008 (who the hell is Newell's?), mis musings sobre la potestad de la infante pasión futbolera. ¿Qué se hace con eso, ah?

golden notebook

"Qué te hace pensar que a la mañana del segundo día no voy a decirte: 'Quiero que te quedes conmigo'. El respondió, cuidadosamente. 'Eres demasiado inteligente'. Ana dijo, resintiendo el cuidado de sus palabras: 'Ese será mi epitafio: Aquí yace Ana Wulf, quien fue siempre demasiado inteligente. Los dejó ir".

De Doris Lessing, The Golden Notebook

lecciones

Luego de mi debut nocturno de viernes hay cosas que es preciso tener en cuenta. No llevar el auto puede ser una desventaja. Una mujer guapa no tiene que pagar siempre. Bailar y los zapatos de 13cm no son muy compatibles. Hay besos que empiezan y terminan en besos. Y así se deben quedar.

second guessing

El peor momento de la noche del viernes sucede al mediodía del sábado. Luego del ride of shame (acá no es walk of shame), tal vez en la ducha. Cuando una enfoca la memoria, acomoda las piezas del puzzle. Cuando entre el shampoo y la espuma se forman dos palabras ¿será qué...? El angustiante did I...

lecturas

Desde Duras que ninguna mujer me tocaba tantas cosas tan, no sé, ahí. Sentí The Golden Notebook como algo cercano, íntimo, no sé. Lo terminé como con pesar. Como sin saber bien todavía qué voy a hacer con esta lectura. El moleskine atiborrado de ideas, de cosas.

Últimamente no me doy abasto con la lectura. Vuelvo a retomar los journals académicos de manera concienzuda. Ayer llegaron dos New Yorkers, dos! y una Vanity Fair rota. Me las estoy saboreando. Por correo electrónico, una bizarra combinación de artículos: Proust and the Squid The Story and Science of the Reading Brain y luego: Cardiovascular events during world cup soccer. Cuándo pensamos.

Además. De pronto pasa que leo esto aquí y aquello allá y me siento medio interrumpida. Particularmente cuando no sé, aquella noticia, este artículo, la columna. Medio qué hago con esto ahora. Son las conversaciones abortadas. Esas que no van a suceder. Supongo que a todos les pasará. Supongo que se me pasará.

mitad de semana

Uf. Qué miércoles. Clase tempranísimo. Trabajo atrasado. Llamadas en conferencia. Viaje inminente a sudamérica. Más trabajo atrasado. Nombramiento editorial. Alumnos demandantes. Columna atrasada. Súper martes. Correítos coquetos. Cervezas. Posts pendientes. Dos pretendientes, dos. La piel, que se cae a pedazos.

uno irresistible de montt

espionaje

Y digo, si ya va a ser uno espía, que valga la pena. Que haya peligro además de glamour.

Abrirle el cajón al papá no es sexy.

blind date policy

Que digan lo que digan. Me vale. Me rehúso a conocer en persona a un tipo que, a propósito de mi crianza fronteriza escribe en el messenger :

"que bien, has de ver ido mucho a mc allen y la isla".

Puaj.

volví

Volví on el cuerpo descansado, mimado, rejuvenecido (dicen). Con un moleskine lleno de garabatos y otro de pendientes. El Cuaderno Dorado de Doris Lessing terminado, aunque sigo pensando en él. Volví con un poquito de ropa sucia y el bikini todavía húmedo. En primera clase, volví. Con una hora de retraso. Asomándome por la ventanilla. Contenta de volver.

nayarit

nuevo vallarta

Voy en el último tercio del Golden Notebook de la Lessing. Frente a mí, todo negro. Las olas.

A lo lejos alguien toca tangos en un piano.