10.30.2004

Electricidad

Qué fuerte, la tensión esa que existe entre dos personas que saben que no van a besarse.

Disculpa

Ayer se publicó aquí un post que provocó molestia y estupor en el círculo de vino y queso de los miércoles. De ninguna manera he querido decir que se trate de personas frívolas (aunque en lo particular no me parece deleznable en lo absoluto la frivolidad) las que ahí se reúnen. Mi intención era más bien decir que con ellas no me importaría hablar de ciertos temas, pero bueno. De todas formas saben que las quiero con locura y pasión desenfrenada. Un beso y un abrazo.

10.29.2004

Field trip

Quedamos de vernos un poquito antes para el taller de este miércoles. Vamos a ir de shopping a la feria. El maestro nos va a llevar a una excursión. Llego al estacionamiento del café de siempre (ése donde pasó la cosa con el político famoso) y ya están tres de ellos ahí. Hoy no voy tan madreada como de costumbre porque reparan en mi aspecto. Me dicen cosas. Pantalones blancos a la cadera doblados para arriba, zapatos bajitos, blusa naranjahombrocaído, chonguito bajo para un lado. No sé, a lo mejor nadamás me siento bien. Nos faltan el prof y el doctor en ciernes, nuestro más joven miembro. Llega corriendo y dando quiénsabequéxplicación de fiestas y compromisos y fracs y tintorerías. Ah no, aquí no se habla de frivolidades. Si no mejor me voy a mi reunioncita del miércoles. Nos encaminamos. Somos cinco. El muchacho de los lentes nos va a alcanzar allá. Cruce temerario de avenidota en hora pico. Qué bárbaros. Ellos no tienen el cuerpo ni la ropa adecuadas para detener el tráfico así como así. Lo bueno es que vienen conmigo. Lo bueno es que hoy nos hemos reunido más temprano y tal vez alcance a ver el eclipse de luna. Es difícil ir con un taller literario a la feria del libro. Habría que llevarlos agarraditos de la mano, decirles que se porten bien, mantenerlos a raya, cuidar que no se burlen demasiado de la gente, de los stands, de las obras, de los autores. Imposible. Intenten, nomás. Al más pequeño, llevarlo de la mano porque tiende a divagar y perderse. A los demás pedirles que bajen un poco la voz: que no escandalicen al público, que no digan cosas como "les-bia-na, pu-ta, chin-gan-do" muy fuerte. Tampoco se vale improvisar happenings ni performances en las áreas no autorizadas ("¿Fulano, Fulano de taaal? Hombre, cuántos años de no verte!! DEspués de aquella película...Déjame te presento a unas personass...") Que no osen burlarse de la sección de Auto-ayuda de alguna librería puesto que también "Asertividad en 10 pasos", "Levanta la voz y defiende tus ideas" y "Judo para todos" son títulos que los asistentes pueden haber leído. Y para una reyerta enmedio de estantes el buen gusto literario no ayuda de mucho. Una tarea dificilísima. Mejor me rindo.

No hay caso con ellos. Son bien divertidos todos.

10.28.2004

Código de bloqueo 564127

Perder las cosas no cuesta nada.
Sale baratísimo, regalado.
Lo malo viene después.

Reponer la tarjeta de débito cuesta ochenta y siete pesos, no olvidar.


10.27.2004

Avedon

Se me había estado olvidando. Hace poco murió Richard Avedon. Me acompaña todos los días desde hace casi dos años. Conocí sus fotos antes de saber quién era. Me impactaba mucho una de Samuel Beckett que alguna vez usé para un trabajo, por alguna razón. Luego, el muchacho de los ojos verdes y yo fuimos a finales del 2002 a ver su exposición en el Met. Me enamoré de sus blancos y negros, de las arrugas y de los reflejos en los ojos y las pecas y las personalidades. El muchacho de los ojos verdes y la nariz hermosa me dejó disfrutarlo mucho rato mientras me tomaba la mano o me susurraba de vez en cuando algo en el oído. Sé que ese día vimos muchas cosas más, todas muy hermosas, todas muy importantes. Pero Avedon me gustó de una manera especial. Después, cuando ya habíamos recuperado los abrigos, compré un par de postales. Una para Grinais y otra para mí. Grinais no se dio cuenta de que había comprado su favorita y se la dejé escondida en un armario. Algunas semanas después me habló para decirme que la había encontrado y que se sentía feliz. La mía era una foto diferente, sin la fuerza de las demás, pero cautivadora en su pequeña dimensión. La puse en la chemisette que uso para guardar mis listas de la prepa. Siempre llama la atención. Me han preguntado que si soy yo, que si es mi hijo, mi hermano...el último preguntó que si "¿es tu marido de chiquito Miss?". No sé quién es, no sé si vive o no. No sé si es Siciliano o estaba de visita, no sé qué cosas perdió por la guerra, no sé nada. Nadamás sé que me acompaña todos los días y me mira contento desde su uniforme y su árbol borroso y su gorra y su pañuelo y cuando lo veo a los ojos yo también soy una persona contenta.

PRND12

Se puée pensar p'atrá: Recordar.

Se puede pensar p'alante: Imaginar.

Eso de andar dándole la espalda a la vida no está bien.

Vamos a concentrarnos en lo que no es pero porque todavía no sucede, ¿ok?

10.26.2004

Eugenia

Confusiones con las fechas y horarios del cine, problemas con el tráfico y las citas para ir a comer, celulares sin saldo. Total nunca nos organizamos. Finalmente G y yo quedamos de ir al cine el viernes tranquilito. Después de ir a las cosas del embellecimiento, pero en otra parte porque la pasante de psicología está en el hospital todavíá-no-sé-bien-por-qué, me llama G. Muerta de la risa empieza a explicarme no sé qué cosas. O sea que no vamos a ir al cine. Tiene un compromiso laboral y me quiere llevar. Al principio no sé bien. Luego mentero de qué se trata. Me arreglo rapidísimo. Me pongo la blusita esa de encajito blanco que tanto me gusta, los jeans, me hago chinos en el pelo (otro día más sobre los chinos). Quedamos de vernos en su casa. Siempre me pasan cosas raras cuando voy a su casa sin ella, y ahora además no traigo celular. Efectivamente. Me paso quince minutos tratando de llegar a su departamento, perdida en los elevadores y las torres. Guardia inofensivo enclenque se encoge de hombros y me abandona. Viene al rescate guarda chonchito e igual de inofensivo. Se sube conmigo al elevador y me muestra lo que yo ya sabía: por ahí no se llega al 903. Mhh. Se rasca la cabeza. Me explica que él es nuevo, quiere saber cómo demonios no sé yo a dónde me dirjo. Si sé, pero no me acuerdo de cómo llegar. Intentamos otro elevador, a ver si ahora sí. Se está tardando. Me invita a que nos subamos al elevador de servicio, el descarado, claro, si a usté no le importa, verdá. ¿Cuál es la diferencia? me intriga. Pos básicamente que no es de lujo, verdá, es ansí nomás sencillito. ¿Pero sube? Ah sí, y hasta más pronto llegamos porque ése sí está disponible. Mire usté, le digo y nos lanzamos a una aventura prohibida (los invitados no se pueden subir al de servicio) en el elevador de servicio. Por fin me deposita frente a la puerta correcta y se marcha. G ya está lista, monísima. Es viernes, las dos hemos trabajado mucho. Nos miramos y nos desplomamos en el sillón. A los dos segundos ya estamos desparramadas en el piso. No sabemos estarnos como la gente, bien sentadas y esas cosas. Fumamos como para animarnos a salir y enfrentar la noche y el cansancio. Nos vamos. Hacemos remarks sobre eso de que nuestros autos son una extensión de nuestras oficinas y nuestras casas y nuestros lockers. Un día no vamos a podernos subir al asiento del conductor, tan invadido por la rutina y la soledad va a estar. Ella también tiene cosas de gisnasio y papeles y ropa de tintorería y cajas y compras en su auto. Llegamos matadorsísimas y nos sentamos a tomar unas cervezas. G tiene que oír a un grupo que viene después del mein fichur de esta noche y la verdadera razón por la que he accedido a venir. Por fin aparece, vestido negro, pelo albortado, lentes para leer y una cascada de flores oaxaqueñas sobre el hombro. Qué cosa tan maravillosa. La acompaña un guitarrista pero lo cierto es que ella sola muy bien podría cantar lo que se le pegara la gana. Un regalazo su voz, La Bruja y Tatuaje y Fronteras y... No me quiero ir. G y yo nos quedamos calladas todo el tiempo, nos miramos con la complicidad silenciosa del éxtasis compartido. De cuando en cuando le damos unos sorbos a la cerveza y somos felices con la música.

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10.25.2004

Collares y herencias

Me preguntan que dónde compro mis collares y mis pulseras. Alguien en la oficina quiere comprarle algo a su novia que cumple años. Y que yo siempre ando con colguijes y "cosas". Me quedo pensando y me doy cuenta de que he sido muy afortunada. Hace mucho que no me compro nada yo. Qué chido, aunque me gustaría poder ayudar al pobre novio en desgracia que tiene sólo 24 horas para demostrar incondicional amor y total devoción vía primer regalo de cumpleaños a novia recién estrenada. Me quedo pensando en las cosas que más me gustan...

Un inventario chiquito:
- El collar rojo de coral ecuatoriano me lo regaló este hombre.
- La pulsera que le combina al collar rojo de coral ecuatoriano la puso el marido del cine.
- El collar negro de esa piedra que protege contra el mal de ojo, fue regalo de año nuevo chicaguense cortesía de Tamara.
- El collar de Massimo al que se le pueden dar dos vueltas para que los hilitos de piedras verdes y amarillas y naranjas queden en el cuello fue regalo de cumpleaños del hombre del buen gusto. También el choker del museo del desierto.
- El jueguito que parece como de hueso con los aretes larguitos, una de mis tías.
- Los aretes ochenteros verdes son reciclados y la pulsera es en realidad un collar que vino de Sudáfrica hecho con papel de revista por madres adolescentes.
- Los aretes naranjas que tanto me gustaban y que tuvieron que cambiar de dueño fueron obra del innombrable.


Qué chidas herencias.

Ü

Y de pronto, quince minutos y todo el universo se alínea a mi favor.
Se siente bien, de cuando en vez hacer algo que sale bien.

10.24.2004

Quiero

Dejar de criticar, de neurotizarme porque alguien se acuesta en mi cama.

Poder reírme de una tontería con cualquiera.

Aceptar que los demás hagan planes por mí y acudir con gusto.

Exiliarme de los extremos, la borrachera cada quince días intercalada con el sábado en pijamas viendo películas sin hablarle a nadie.

Abandonarme en un abrazo, tenerlo todo claro.


Quiero volver a tener buenos sentimientos.

Hipo

Ante una mesa con mantel de cuadritos se hacía un recuento de los daños de la noche anterior. Alguna empezó a quejarse del ataque de hipo del que fue presa alrededor de las cuatro de la mañana. El resto voluntarió sus recomendaciones y condolencias ex-temporáneas e inútiles. Se insistió en lo del remedio. Frunciendo un poco la memoria, traté de recordar. Mira, hay un músculo aquí en el cuello, pero no me acuerdo si del lado derecho o del lado izquierdo, debes voltear a un lado y estirarlo del otro, y se te va a quitar el hipo. Me miran todas. Se llama, argh, cloromastoideo, o algo así, híjola no me acuerdo...Nuestro mesero empieza a ponerse del color de su camiseta. No está haciendo calor. Nos mira furtivamente mientras prosigue la conversación del hipo. Me doy cuenta de que se está mordiendo la lengua. Sin mayor preámbulo le digo: ¿está del lado derecho o del izquierdo? Al pobre le tiemblan las botellas de cerveza en la mano. Ese que son bilaterales, responde y se toca el cuello. Las otras me miran como si fuera yo una imprudente. Ya un poco más en confianza aclara después, esternocleidomastoideo y sonríe. Nunca se imaginó que también para esto le habría de servir. Las demás se ven todavía perdidas. EStudias medicina, le digo. No le estoy preguntando. Sí, y retira la cubeta llena de hielo y se marcha. No alcanza a escuchar que ahora quieren una demostración de cómo hay que hacer para que se quite el hipo. Eso no se va a poder.

10.22.2004

Uniformados

En el mismo día, tres encuentros con uniformados.

1. Es que ayer cuando llegué a mi oficina me dí cuenta de que había olvidado un libro de pastas duras sobre la silla del salón en donde dí clases. ¿No lo habrán traído por acá? Blanco, chiquito. Moderato Cantabile. No, ya pregunté. Es que es de la biblioteca, fíjese, y necesitaba haberlo leído para ayer. Bueno, pues ahí se lo encargo, ¿no? Mientras toma mis datos el uniformado, me llama la atención un plástico magenta sobre un estante. Me gusta el color. Es una carpeta de esas como acordeón. Le paso un dedo, lo acaricio descuidadamente. Tiene un post-it amarillo pegado. Con dos dedos lo libero de ese estrecho espacio repleto de olvidos. No lo creo. Sobre el minúsculo cuadrito amarillo mi letra garrapatea algún pendiente igualmente olvidado. ¿Cómo llegó aquí? ¿Cuándo? El uniformado me mira. Èse estaba sobre un bote de basura, lo encontré yo mismo. Es mío. Qué cosas tan raras. ¿Desde cuándo? ¿En qué lugar? También me he olvidado de preguntar.

2. Hago un alto en la desviación. Breve, mucho calor. La mano encigarrada se tuesta con tal de no guardar el humo en el auto. "Le va a hacer daño" una voz desconocida mientras acelero. Me desconcierto mucho. Un oficial de tránsito con conciencia de la salud.

3. A veces se me olvida. A veces no me doy cuenta de que hay personas a las que no puedo levantarles la ceja, endurecerles la voz. Me devuelvo a la escuela, dejé algo en la oficina. Suena el celular. Me aproximo hablando por el aparatito con sólo las llaves en la mano. Hoy soy un par de jeans y una cola de caballo poco usual en mí. Me imagino que resulto sospechosa. Se me acerca un guardia que no he visto antes. ¿A dónde va usted? Le frunzo el ceño en voz alta. ¿Qué se le ofrece? Sin mi bolsa ni mis tacones me siento desprotegida. Aquí trabajo respondo con ese tono que no advierto sino hasta que es demasiado tarde y sigo mi camino. Cuando regreso ya con las debidas acreditaciones a cuestas -gises, borrador, bonche de tareas- me está esperando en el otro pasillo. ¿Y cuál es su nombre maestra? ¿Y qué clase da usted? Estoy a punto de fastidiarme otra vez cuando lo noto. Me extiende una mano temblorosa. Lo siento mucho, usted disculpará, no la había visto por aquí. Benjamín a sus órdenes. Me siento flusteriada. Por qué carajos se me olvidan tantas cosas.

10.21.2004

Tal vez un día.

Tarde, nefasteada, encorajinada.
El calor, el trabajo, el hambre, la ineptitud.
Bad hair day, blusa que no me gusta, cejas sin depilar, lentes.

Una decisión arbitraria:
Detenerme en la tienda de conveniencia más cercana.

Una decisión absurda:
Tomar el retorno y atravesar todos los carriles y estacionarme.

Una decisión cara:
Emplear los últimos veinte pesos que me quedaban para comprar cigarros.

De salida, arrancando, un hombre en el retrovisor. Shorts. Camiseta. Paliacate azul en la cabeza. Hermoso. Perro negro lo acompaña. Me mira. Reversa. Volteo de reojo. Me está mirando. Sonríe. Evado. Abre la puerta. Va a entrar. Miro por última vez. Se detiene, suelta la puerta. Voltea. Nos miramos de verdad. Me distrae el tráfico. Miro la avenida, los autos, el ruido, el calor. Acelero. Última vez, ahora sí. Recargados contra la puerta de vidrio, sus ojos esperando los míos. Sonrío. Me dice adiós.

Hoy supe que voy a volver a sentir.

Compro tiempo

Si a alguien le sobran un par de horas al día, preferentemente en horarios de oficina, favor de comunicarse conmigo. Me urgen. Uso estrictamente laboral. Vendedores de tiempo libre abstenerse. Se admiten donaciones sin recibo deducible de impuestos.

10.20.2004

Ya no hay moral.

Al tipo que preguntó con lujuria en los ojos hubo que aclararle que mi nuevo nick en MSN NO es invitación, ni proclama. Es nadamás mi muy personal objeción y expresión de indignación ante la total falta de moral de la gente.

De la mía no se habla.

Aftershave

Son ricos, esos hombres que te saludan recién afeitados y después se te quedan colgados de la nariz el resto del día. No importa que la consulta ya haya pasado, que el consultorio quedara atrás, ellos nos acompañan y nos alegran el día. Un sentimiento rico al cerrar los ojos y aspirar despacito las gotitas que depositaron con un buenos días.

Bendito sea el aftershave.

Feliz Aniversario. Ja.

Por alguna razón idiota abrí una carpeta de correo que no debí. En un afán de auto-sufrimiento crono-significativo y nostalgia bestia busqué la fecha de hoy. Como si fuera una efeméride. Encontré esto:


From : <[Blogger Privacy Act]@hotmail.com>
Sent : Sunday, October 19, 2003 10:45 PM
To : "Maztrich!" <[Blogger Privacy Act]@hotmail.com>
Subject : el navegante

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Conoces esta revista? me gustó este número

http://www.elnavegante.com.mx/rev07/

R.




Fueron las primeras palabras de amor que me dirigió. No eran suyas y no eran exactamente para mí, pero.

10.19.2004

De vuelta

Regresó hace unas semanas. Vino a poner orden. Se largó hace un año y ha vuelto por fin, distinta, pero es ella. P se atreve a preguntarle si le tenemos que decir "Maestra". Nadamás si antes le decías Licenciada, le contesto y P empieza a darle la queja. Que si yo lo he toruturado todos estos meses, que si él tan sufrido que si yo lo maltraté, que sinoséqué. Aysh. Sí como que nos descompusimos en este tiempo. P senfermó y fue a dar al hospital y luego me dejó de llevar al cine. Yo "con mis cosas". Nos mira y suspira cansada. Va a tener mucho trabajo. Le dieron un cubículo cercano al mío. Estamos planeando una invasión a mi vecino de aquí junto para desalojarlo y hacer un lounge que comunique nuestros respectivos espacios de trabajo. Todavía no nos atrevemos, pero un día de estos. Por lo pronto llegamos juntas casi todas las mañanas, comemos juntas, nos echamos el cigarrito a media tarde, el café temprano. Qué rico es. Qué rica compañía. Es de esas personas deliciosas. Hace cuatro años nos fuimos juntas a explorar la vida en otro continente. A ver cómo se le hacía para ser "al vacío". Y nos encontramos la una a la otra. Me entiende perfecto, me escucha, me pone en mi lugar muy seguido. Y ni siquiera levanta la voz, ni siquiera me confronta de verdad. Tenemos contexto. Hay muchas cosas que no necesito decirle. Ese conocimiento profundo que viene de la observación respetuosa del otro, de la crítica amorosa, de la convivencia significativa. Del yoga y las chocolatines, y los economistas chaparrones y metrosexuales atrapados en cuerpos de hippies bohemios y soñadores, de los amores a distancia y las observaciones sociológicas sin importancia, y los quesos y el nortec y, y, y,

Bienvenida.

Not to forget

Cuando vamos chez las Stepford Wives del Valle de Texas, no llegar con un six. Aunque sea de MGDs, "the champaigne of beers". Prohibido. Mejor llevar papitas o dip o cosas inofensivas como ésas. Obvio: los cigarros quedan totalmente fuera de cuestión. Si es posible, procurar secarse el pelo y vestirse monamente. Bañarse no es suficiente.




10.18.2004

Pediche

No me gusta pedir. Dice mi madre que es de nacencia, que es de esas cosas de crianza que quiénsabededónde saqué. Ni un aumento de sueldo, ni permiso, ni opiniones ni nada. Porque no me gusta que me digan que no. Nadamás por eso. En fin. Es sábado. Estoy en una calle de mi pueblo, bajo el rayo de un sol que no parece de octubre. Tengo una lata en la mano. Es por el hambre. El hambre es mala y tenemos que terminar con ella. Por eso importuno a los conductores desdoblando mi brazo-lata-en-mano hacia ellos. Estoy sola. Todos están haciendo algo. Yo tomé un bote. Muchos me ignoran. Aceleran sin detenerse frente a mí. Estoy en una esquina en donde es preciso que se detengan pero hay muchos que no lo hacen. Muchos más esquivan mi mirada. Les busco los ojos para que al menos me digan que no. No siempre puedo. A veces el rechazo es muy grande. Tengo calor. Estoy sudando. La mezclilla se pega a mis piernas sin remedio. Los transeúntes me sacan la vuelta. De pronto, un peso, dos. Clin clang contra el aluminio caliente que detengo desde hace media hora. Los niños me miran con insistencia y me señalan. No somos indiferentes por naturaleza, me dicen esos ojitos interesados y atentos, nos hacemos con el tiempo. Con el ejemplo de los mayores, me imagino. Una mujer me increpa. Me dice palabras duras. Yo sólo quiero ayudar, le digo. ¿Y usted? Se molesta. Me dice que así no se hacen las cosas. Con una sonrisa le pregunto ¿qué sugiere? Balbucea cualquier cosa y se marcha. También hay mucha gente buena. También hay mucha gente que rasca el fondo del bolsillo y dice, "pues no es mucho pero...". A veces hay que esforzarse un poco, apelar ya no a la compasión sino a la simpatía. Alguno se da cuenta y mientras baja su vidrio me dice "Son tramposísimos esos que pensaron en poner muchachas como tú a botear, porque saben que vamos a cooperar". Ojalá. Me río de buena gana y consigo un billete. Entonces se me ocurren cosas. Qué fácil es, una sonrisita y depositan veinte pesos...Mmmhh...No puedo detenerme a pensar tanto porque se me pasan los coches. Una camioneta con vidrios oscuros se acerca despacio. Espero a que llegue junto a mí y acerco mi lata como con los ojos cerrados. Ignoro si el conductor me mira o no. Ignoro si está buscando una moneda o si habla por su celular, como hacen tantos. Le sonrío a mi reflejo en el vidrio esperando que al interior algo se sensibilice al hambre y deposite unas monedas. Empiezo a sentirme self-conscious. Voy a dar un paso atrás para volverme a subir a la banqueta. De repente, el vidrio baja y aparece un rostro que antes era conocido.

S. La última vez que lo ví fue hace tres, ¿cuatro? años. El tráfico, la lata, el ruido, todo está en otra parte. No sé qué hacer. Saca varios billetes de un dólar y empieza a enrrollarlos. Tantas cosas. Tanto tiempo. Quiero decirle algo. Creo que él también. Se casó hace casi un año. Él y yo teníamos esos planes juntos hace mucho. Cuando teníamos dieciséis, diecisiete. Cuatro años nos duró el sueño. Luego un día, yo era otra y me dí cuenta de que él no quería a esa otra. Él no se enteró jamás. Él pensaba que podía querer a la mujer en la que me estaba convirtiendo. Me obstiné en hacerle creer que no. En convencerlo de que estaría mejor sin mí, que yo no lo merecía. Me siento pequeña en la banqueta. Está batallando para hacer entrar los billetes en la lata. No lo reconozco. Estoy buscando algo que me hable de mí, de eso que éramos. Ya no está. Ya no somos. Y sin embargo, el lunar ese en el cachete, y las cejas despeinadas y el pelo negrísimo. Hasta el olor que salía de su camioneta que nunca antes había visto. Todo era como visitar un momento, no sé. Pronuncia dos palabras que no entiendo: Qué bueno. Acelera y se marcha.

10.17.2004

Aysh

10.15.2004

Sólo quería tu cerebro

Platicando con él, que está en Londres, se me ocurrió algo. Me decía que estaba estresdo en su nueva escuela "es que acá todos son bien geeks y overachievers". Y no le gusta. No porque no sea inteligente. No porque no sea capaz. Lo que pasa es que se ha vendido a sí mismo la glamorosa idea de que él es una persona frívola. Claro que lee filosofía, pero lee a Zizek, of course, que está in. Por eso le encantan los posmodernos franceses. Eso recuerdo que me deslumbró. Sabía de Derridá y Baudrillard era su héroe. Wow. Me enamoré, dijo él, de su "aporte enciclopédico" a mi vida. Posiblemente. Ahora me doy cuenta de la estrategia. Le gusta ser cool y glam, banal. Porque así lo eligió, porque es un lujo que cree que puede darse. Pero ahora que está lejos, opino, debe darse la oportunidad. Que el pequeño geek que vive en su interior se manifieste frente a toda esa gente. Que no le dé pena. Se resiste. Es como las niñas guapas que quieren hablar de libros con sus pretendientes, para no sentirse usadas. Como las ejecutivas de cuerpazo que se esfuerzan por parecer inteligentes para que nadie ose sugerir que están nomás de adorno. En retrospectiva me doy cuenta, que lo usé. Que hice como los truhanes con las muchachitas inocentes, que les dicen que las quieren por sus buenos sentimientos y luego las manosean. Como los gañanes intelectuales con las mujercitas leídas, les invitan un café, para platicar de filosofía y luego ellas, vanidosísimas y estupidisísimas, se sienten finalmente apreciadas y acceden a cualquier cosa. Pues yo hice al revés, pero lo mismo. Le hice creer que quería su cuerpo para poder apoderarme del cerebro. Que me perdone.

10.14.2004

Musos matutinos

Los odio a todos. Me he despertado sólo para odiarlos mejor, para odiarlos más tiempo. Porque podía haber fingido cualquier cosa y no haberme presentado a trabajar. No lo hice. Las tres alarmas, programadas para sonar escalonadamente entre las 5:55 y las 6:10, no me dejan postergar mi despertar prematuro. Salto de la cama y me tropiezo con la silla del escritorio que por alguna razón está en donde no debe. Les callo la boca al celular, al despertador y a la señorita de Telmex que me habló para decirme que ya era hora. A oscuras entro al baño y entonces los recuerdo. Cómo los odio, me cae. A todos los cuatro que ahora seguro duermen plácidamente. No el sueño de los justos, por supuesto, porque todo esto me parece una injusticia. Los imagino a cada uno deliciosamente dormidos y me pongo a odiarlos con un afán telepático de que se despierten conmigo. Los muchachos del taller. Del post-taller de los miércoles que ayer me engatusaron con falsas promesas. Truhanes. Debí ser más lista. No. No voy a tomar la culpa yo. Los odio porque con la falsa promesa de que sólo sería la puntita de una borrachera, es decir una cerveza, me tienen aquí malhumorada porque no he dormido bien. Más bien, porque sólo he conseguido conciliar un parpadeo de tres horas anoche y ellos dormidotes. Todos tienen la mínima experiencia psicoanalítica requerida para explicarme que ellos no me han engañado. Que fui yo quien deseaba ser engañada. Que fue mi afán autodestructor el que me llevó a creerles que sólo sería un ratito. Que se jodan ellos y el psicoanálisis y todas esas chingaderas que se inventaron para que yo no pueda enojarme con los demás y luego encima de profundamente desvelada, me sienta culpable por andar odiándolos con ese coraje que sólo hay a las seis de la mañana. Encima se me sigue haciendo tarde, porque no contentos con la desvelación forzada, me han obligado a soltar la toalla y el arreglo matutitno para escribirles estas palabras de enojo desmañanado. Musos desconsiderados. Con sus rostros juguetones y sonrientes me aventaron un montón de palabras a la regadera mientras el agua y el jabón hacían lo imposible porque mi cuerpo despertara. Y me puse a escribir mentalmente mientras el cuerpo más cansado que este octubre existió en la comarca del Cerro de la Silla se resistía y cerraba los ojos y dolía en las piernas y decía que no no no no no quería ir a trabajar.

Señores, los odio. Que tengan ustedes -ustedes sí- buen día.

10.12.2004

Ganas

Anoche tuve ganas de no levantarme hoy.
Quise que el cuello y la cabeza y el oído.
Que las listas y los exámenes y los reclamos.
Que las becas y los planes y los futuros. Que todo eso...

Mentira.

De lo que tuve ganas fue de no despertarme ya. Qué miedo.


10.11.2004

Arruinadora de vidas

Esa gente está toda loca, lo juro. Un cumpleaños. Todas esas caras conocidas que de repente me vuelven a mirar como si no me conocieran. Como si las películas nunca y las noches de pasta no hubieran, muy como si. Hay una mujer que usa falda siempre que la veo. Ella es la única que no me saluda. Yo tampoco la saludo de regreso. Hace algunos meses esa misma mujer me tomó la mano y me llevó a una cocina desierta y me dijo "Lucha por él, sí se puede, pero no lo sueltes". Quiero saber qué es lo que quiere esconder cuando me evade la mirada. ¿Su amistad con la nueva, la falacia que fueron sus palabras, la pena que le da mi derrota? Lo ignoro. Las mujeres son tan complicadas. Hay que pensarle mucho. Platico con todos un ratito. Hay algo que se ha quebrado, me parece. Por unos segundos parece que me he quedado sin interlocutor. Quién sabe de dónde aparece la cumpleañera y me avienta a una persona enfrente y me dice, mira, te presento a X. Lo miro, por supuesto, X. Hola seniorita ele, dice, mucho gusto. Ja. Pero si ya nos conocíamos, le digo. Me parece que estás confundida. Es raro eso de conocer a las personas a través de las anécdotas de los demás. Perdona, es entonces que todas las historias que he escuchado sobre tí me engañan y me han creado un falso recuerdo que hace que tu rostro me parezca conocido. Se ríe. ¿Y entonces, cómo conoces a mis amigos? Ah. Todavía no entiende. Me presento como es debido. Soy la Maztrich. Entonces sí me reconoce. Por fin. No nos habíamos visto, pero sí sé de ti, me dice. Y se suelta en una larga perorata sobre mi malévolo plan para arruinarle la vida a sus amigos. Y yo, estoica e imperturbable, nadamás me sirvo otro poco de whisky en las rocas (en lugar, por supuesto, de romper el momento y buscar un mesero que nos traiga agua) y lo escucho. Parece como si fuera un extranjero que supiera hablar español muy bien. Hay algo artificial casi imperceptible en su manera de pronunciar las cosas, en la entonación. Ignoro si se debe a su larga permanencia en ese país frío, o si es una característica suya de antes. Esas cosas no se deducen de las anécdotas que me han contado. Me interesa profundamente su reclamo. Me defiendo sin defenderme. Le refuerzo lo que dice. Sí claro. La culpa la he tenido toda yo. Soy perversa y calculadora. Los he pisoteado, evidentemente. Los pobrecitos ahora no saben qué hacer. Quiere saber a cuál de sus amigos que residen en el extranjero voy a ir a visitar ahora. Cómo me carcajeo. No no no. Tú no entiendes. A mí eso de la endogamia ha terminado por aburrirme. Sólo he venido a distraerme un poco. Me doy cuenta de que piensa que. Pero no es cierto.

10.10.2004

Juicios

El whisky es bueno. El whisky en las rocas es malo.

Platicar ombligo al viento con un desconocido a mitad de la noche es bueno.
Que el desconocido resulte hermano de una alumna es raro.

Los amigos son buenos. Los amigos ajenos que uno piensa propios no tanto.

Que los demás piensen que una es una femmefatale comehombres es bueno.
Que crean que una se come a cualquier hombre nomás porque sí es malísimo.

10.09.2004

Untitled

Un día, ya lo verás, yo también voy a ser feliz.

10.08.2004

Filosa

Yo no tengo la culpa. Yo me arreglé y me vestí y me fui a la premiere de la película esa. Una copita de tinto antes de la proyección de la película que se estrenaba ante público "selecto". Siento ganas de decir muchas cosas sobre lo que ví. La verdad es que en algunos momentos me daban ganas así como de decir, "a ver, prestenacá, así no se dice eso" o "no no no no, no tan de cercas esa cara tan feaaa". En fin. Cuando por fin se iba a terminar hice mentalmente dos comentarios en caso de que me preguntaran qué me había parecido. No me gusta mentir. Las escribí bonito ("¿sabes qué?, lo que pasa es que llegamos tarde y no la ví completa", o la más intrínsecamenet cruel: "me parece muy valiente"), me envolví con ellas y salimos a enfrentar al crowd. Diplomatiquillos pálidos con suéteres color pastel. Muchachitas de zapatos raros. Chavos de arete y morral. El elenco súper emperifollado. Maztrich con cara de pocos amigos, cigarro en mano, tinto en los labios. Alguien, cerquita, al oído "¿y bien?". Desde el filo negro de los ojos contesto: "Nadamás cuatro palabras. No me gustó nada." Y entonces me dicen que nos tenemos que ir. Qué bueno, ya tenía sueño.

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Filosa

Yo no tengo la culpa. Yo me arreglé y me vestí y me fui a la premiere de la película esa. Una copita de tinto antes de la proyección de la película que se estrenaba ante público "selecto". Siento ganas de decir muchas cosas sobre lo que ví. La verdad es que en algunos momentos me daban ganas así como de decir, "a ver, prestenacá, así no se dice eso" o "no no no no, no tan de cercas esa cara tan feaaa". En fin. Cuando por fin se iba a terminar hice mentalmente dos comentarios en caso de que me preguntaran qué me había parecido. No me gusta mentir. Las escribí bonito ("¿sabes qué?, lo que pasa es que llegamos tarde y no la ví completa", o la más intrínsecamenet cruel: "me parece muy valiente"), me envolví con ellas y salimos a enfrentar al crowd. Diplomatiquillos pálidos con suéteres color pastel. Muchachitas de zapatos raros. Chavos de arete y morral. El elenco súper emperifollado. Maztrich con cara de pocos amigos, cigarro en mano, tinto en los labios. Alguien, cerquita, al oído "¿y bien?". Desde el filo negro de los ojos contesto: "Nadamás cuatro palabras. No me gustó nada." Y entonces me dicen que nos tenemos que ir. Qué bueno, ya tenía sueño.

Bagels al volante

Qué bueno que hay ocsos y supercietes en cada esquina. Qué alivio. Ya me imaginaba al reportero del aire anunciando el horrible caos vial en Morones Prieto a causa de un panecillo asesino. Blueberry Muffin Hijacks Woman's Car. No vuelvo a comerme mi suculento beiguel de zarzamora con queso filadelfia y mermelada de zarzamora sin asegurarme de que llevo suficiente café en el tarro. Puedo chocar a alguien.

-- Estimado pedacito de plástico (guarda oclusal, te dicen, ¿no?): Lo lamento mucho, pero por más transparente y delgadito que seas, no me gustas. Por más que esté in el plástico y los colores primarios, me choca tu estuchito amarillo. Por más que mi lengua se pasea sobre tí todo el día, por más que pasamos la noche juntos, te odio. Me gustaba más la medicina.

Olores nóbeles

Se ganaron un premio por descubrir cómo nos funciona el cerebro en relación con el sentido del olfato. O algo así. Que somos capaces de reconocer 10 mil aromas. Que existen mapas bidimensionales en nuestro cerebro. Que este descubrimiento le otorga plasticidad a la idea que tenemos de nuestra mente. La noticia me sirve nadamás para ponerme a pensar. Los olores me son importantes. Alguna vez me quise robar un olor. Alguna vez me regalaron un olor. Un hombre que en un arranque falso de generosidad escribió "Toma mi olor, ya no me sirve". Dijo que era La más grande prueba de su amor por mí. No lo sé. Tuve que quitármelo de encima porque me dolía tenerlo encima. Tuve que guardarlo en un cajón porque me lo dejó puesto, sin envoltura. Qué importantes son los olores. Cómo nos llevan a diferentes lugares. El olor de mi mamá, cuando yo tenía ocho años, lo recuerdo bien. Como abrir un cajón lleno de listones y encaje y satín. El olor a lentejas que tanto me gustan. El olor acre de la olla que se derritió sobre la estufa una noche que volvimos a la casa para encontrarla llena de humo. Colors, de Benetton me recuerda mis once años. El delicioso olor a plástico rosa de los borradores y los lápices de colores. Cebolla dorándose sobre un sartén caliente. Los rascahueles. Mi colección más grande de rascahueles la perdí en un accidente automovilístico en el que estuvimos mi mamá y yo cuando yo tenía seis años. El olor a sangre helada de las carnicerías. El olor de la chaqueta azul de mi primer novio. Olía a casa ajena, a eso que hay detrás de una puerta desconocida. Su aliento era de chicle y tabaco. Nunca he vuelto a besar un olor como ése. El olor de los primeros lipsticks, esos de estuchito verde que pintaban de rojo mate nuestras bocas vírgenes. También están los diferentes olores de S. Todavía los guardo en alguna parte. Todavía cuando me cruzo con algún despitado que todavía usa esa loción que ya no está de moda, me parece que me vuelve a tomar la mano y a llamar prieta, todavía ese gel que usaba para peinarse, los asientos de piel de su auto nuevo. La madre de S. Ella es para siempre Amarige. Un olor dulce de abrazo cariñoso revuelto con incenso e iglesia y dulces de uva. Mi papá recién rasurado, antes de irse por la mañana cuando salía de viaje y dejaba un poquito de su cachete sobre mi almohada. El olor a salón vacío, recién trapeado, a gis en los dedos, a pizarrón polvoso.

Mi olor. Ése es hasta cierto punto nuevo para mí. Ése lo conocí hace poco, yo creo. ¿Cuándo descubrí mi olor? No lo sé, pero sé que por un tiempo pensé que era de alguien más. Me gustaba porque pensaba que era su olor. Pero era yo. Era eso en lo que yo me convertía cuando estaba con él. Esa rara mezcla de noche y vino y madera rústica y cucumbermelon y el dove de los puntitos azules y y y...Luego yo me iba y me quitaba la ropa y me parecía que era de alguien más. Me parecía que respiraba sola, y me gustaba.

10.07.2004

Citas citables

Una muestra aleatoria de las joyas que pueblan los exámenes/trabajos/tareas que me tienen haciendo bizcos desde ayer. Todo sin editar:

"The first meeting they have in Gaza on October 2, 1948, just a couple of days before."

"Located between the Adriatic Ocean and the Ionian Ocean..."

"Fatah is win full independence for the Palestinian people" (Alguien traduce, porfas?)


"The palatines people need to have the right to get their own land to can growth of a great culture..."

Recetas

Un doctor de las palabras ha diagnosticado luego de leer un texto mío:

-Si ya lo sacaste de aquí - y entonces se toca ese lugar en donde no siempre hay taquicardias, pero siempre hay pulsión, -entonces ¡escríbelo!. Si todo lo tienes ya acá- y señala ese lugar donde se fabrican y se ordenan las palabras- ¡adelante! Estás lista.


Me lo dice discretamente entre una risa y un café y los cigarros que se intercambian en el taller de los miércoles. Esta fue una consulta particular. Esto no lo sometí al juicio de los demás. Los demás no lo entenderían. Me quedo pensando sobre lo que me ha dicho. Escribo sobre una libretita morada. Por alguna razón estoy temblando. Mi cuerpo no logra estar quieto. Las manos, una pierna. Qué raro.

Entonces se me ocurre que un verdadero doctor de acá, me sugeriría como terapia que lo escribiera todo directamente de aquí, para curarme, para expulsarlo. Pero yo no quiero psicoterapia. Yo quiero escribir de verdad.

Ambos están de acuerdo en algo (they both concur): Hay que sacarlo de aquí y llevarlo acá. El tercer doctor, el que se ocupaba del cuerpo, aquí no tiene opinión.

Hay que avisarle a Lautriz.

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10.06.2004

Mesas de regalos

Tengo sobre mi escritorio cuatro tarjetitas de esas de "Nuestra sugerencia de regalos...". Mi cartera es una. A todas estas personas que me sugieren las conozco, las aprecio y a algunas las quiero en mayor o menor medida. A todas les agradezco que me hagan partícipe de sus matrimonios/hijos. Pero aysh. ¿Qué no se casa uno cuando está listo? ¿Qué no tiene uno hijos cuando está mínimamente preparado? Porque ahora resulta que hay listas en las que piden hasta la cuna, hasta el refrigerador. Digo, una vajilla, un mameluco a nadie le sobran. Pero hay cosas indispensables. Hay un episodio de Sex and the city en donde Carrie Bradshaw se queja de la discriminación que sufrimos los solteros. Para nosotros no hay mesas de regalos si no nos casamos. En algún punto exclama "Where's a 'Congratulations on not marrying the wrong guy' card or gift?". Me pregunto lo mismo. Me encantaría organizarme, por ejemplo, una "Despedida de licenciatura/Bienvenida a tu vida como posgraduada", y un año y medio más tarde, por supuesto, un "Tesis-shower". Uy, qué no pondría en la lista de regalos. Una laptop chiquita y rapidísima, todos sus accesorios, mi wishlist de amazon (que dejaría de ser nadamás una lista de ilusiones sin esperanzas), una cafetera buenísima, tarros de muchos colores, ceniceros diversos, CDs para la inspirancia, útiles escolares, mucho mucho café, una tarjeta del metro, muchas aspirinas y dolacs y esas cosas, una membresía all-inclusive en kinko's, qué sé yo. Pero no, para nosotros sólo hay fiestas intempestivas de despedida, cafecitos a las carreras, mails cortísimos de que-te-vaya-bien. Grita algún sufrido por ahí que ellos tampoco la tienen tan fácil, con los pañales y los platos sucios. ¿Y por eso habremos de regalárselos nosotros, porque ellos los lavan y los cambian? Un día voy a sacar la cuenta y me voy a asustar. Segurito entre tanta boda y despedida y babychagüer ya tendría cubierto un semestre de la maestría.

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Paciencia

Ya lo sé que estamos a veintidós grados centígrados. Ya lo sé que el otoño se va instalando. Ya lo sé que las mañanas grises. Y las lluvias. También sé, además de la referencia climatológica y térmica, de las rebajas de Zara. De comprar ropa en entretiempo. Y sé ABSOLUTAMENTE que no es el tiempo de sacar los abrigos. ¿Me oyen? Y eso que yo tengo autoridad en la materia. Eso que la friolenta soy yo. Pero no hay que perder el estilo, ¡caramba! Prohibido vestirse de invierno en este otoño que todavía a veces se confunde y se siente primavera.

Otra categoría de contactos en el MSN:

[alguien]: Hola.
[Maztrich sorprendida]: eit
[alguien]:Hows life?
[Maztrich sin ganas de platicar]: Bien u?
[alguien]:Aquí, jeje. Oye, que significa tu nick?
[Maztrich ???]: Pues...es...mi..nick...
[alguien]: Ah....
[Maztrich en Monstrich mode]: Así me dicen...
[alguien]: Maztrich?
[guargh]: sí, Maztrich, así. Maastricht sí sé cómo se escribe.
[alguien]: ahhh !1jajajajajja es que pensé que te ibas a vivir a Holanda, pero no se escribe así
[guaghrghaghr]: claro

Si hay gente en mi Contact List que no entiende Maztrich, Mastritch, Maztrucha, Monstrich, Mastrix, Mazhemosha, etc etc y que ADEMÁS osa a poner en duda mi ortografía...¿qué hacen ahí???

Hoy ando sin paciencia.


10.05.2004

Ubicuidades imposibles.

Para la próxima:

Cubrir dos clases, a la misma hora, en salones, edificios y pisos opuestos, no es posible.

Prohibido decir que sí sí sí a todo mundo sin fijarse bien.
Empezar a usar UNA sola agenda.

Cuerpo adolescente

¿Ves por qué no puedo dejarte dormir 13 horas? Porque luego te chiflas. Porque luego pides más y más. ¡No se puede! Ahora resulta, claro, que no quieres usar la guarda, y que quieres dormir otro ratito, y que no tienes ganas de ir al yoga. No no no no. Todo es cuestión de que te dés tantita cuenta de que algo te gusta y te cuelgas, cuerpo amado. Me atarantas toda y ahí vas, a dormir en donde sea (sobre el escritorio, en los semáforos, durante las juntas), a devorar lo que te pongan enfrente, a quedarte más rato en la regadera. No te digo...qué bárbaro. Y afortunadamente no nos han puesto un muchacho enfrente porque si no...con este trip que traes...Me da pena pensarlo.

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Al pasar

Estoy sentada calificando exámenes en una mesa de un café. Escucho y miro a los demás sin poner mucha atención. Un hombre habla bajito, dulce. Me recuerda a alguien. Ah, sí. Alguien alguna vez me habló con esa voz. Con esa voz calmada cuyos únicos altibajos están en el rostro hermoso de quien habla, pero nunca en el volumen, ni en la entonación. Esa voz parejita y tersa que suena deliciosa al principio. Le está agradeciendo a una mujer su comprensión, "me has ayudado a darme cuenta de muchas cosas de mí mismo, disfruto mucho tu amistad, estar contigo..." blah blah blah pienso mientras sigo palomeando y le doy otro trago al café. Después la respuesta. Imposible verla a ella. Sólo alcanzo a escuchar su voz perdida entre las tazas y la música (¿por qué no le bajan a la música, nadamás un poquito, por vafor?). "Qué bueno que lo hablamos, fíjate (aysh, ese fíjate me hace ruido, no puedo verla, quiero ver la cara con que lo dice), qué bueno que estamos tocando el tema porque me incomodaba un poco, porque no tengo pensando acostarme contigo, sí lo sabías, ¿verdad?".

Sopas.

Yora comoliago paseguirevisando.

10.04.2004

Maztrich Files (corr)

Corrijo.

Lo más peor del asunto fue que YO le preguntara al recién desmuelado:
"Ah sí, ¿de quién?"

Maztrich files

Esta mañana, de alumno brillante con el que de vez en cuando batallo:

"Miss, mi hermana te conoce Miss". Lo miro, todavía con el rezago de la cirugía de extracción de las muelas del juicio. Todavía con el gesto harto de tanta nieve el fin de semana. "Tu hermana es...?" "Mi hermana se llama fulanita y dice que te conoce porque tú eras novia de no sé quién".

Ah claro. Lo peor es que me dejó en las mismas.

10.03.2004

Decadencia

Dormí 13 horas de corrido, sin pausas. Me bañé. Me fui a desayunar/comer/cenar. Ensalada caprese. Penne à la puttanesca. Pizza de prosciutto y salami. Pie de queso con guayaba. Híjola. Tantas cosas que quería hacer pero ni modo. Ahora lo único que me queda es regresarme a la cama. No puedo hacer otra cosa. Bueno sí, leer. Y tal vez ver una película. Y por supuesto una siesta. Yawn. Aysh esas siestas del sábado después de comer rico, qué buenas eran. Hoy había (hay todavía) una fiesta bien buenísima y me la estoy perdiendo. No puedo más.

10.01.2004

Ultimátum

Hago mis llamadas matutinas. Tengo un plan "Llamadas ilimitadas" de Telcel. Lo estoy probando este mes. Por 200 pesos puedo llamar cuantas veces sea en llamadas inferiores a 4 minutos a 5 números frecuentes. No sé si me conviene o no, pero por lo pronto, como me pescaron desprevenida y dije que sí, estoy dispuesta a sacarle partido al mátsimo. Así que ahora les llamo a mis números frecuentes tres y cuatro veces al día. La primera ronda es a las 8 y media de la mañana. Ya les tengo bien medidos sus horarios. Primero hay que hablarle a la Chikis, la única responsable
que llega a tiempo a su trabajo. La única a la que puedo marcarle a esa hora y ya salió de su casa. Le doy los buenos días. Después sigue nuestra rocstar favorita. A ella le marco justo a la hora en la que coincide con su vecino guapo en el estacionamiento. El timing tiene que ser preciso para que la estrategia de conquista del vecino guapo funcione. Los lunes finge que soy su corredor de bolsa en Tokio ("sí, compra, compra y deshazte de los bonos esos del gobierno"). Los martes le hablo de parte de su modisto en Milán ("necesito el foulard de lentejuelas y plumas para el desayuno del sábado"). Otros días soy su club de fans, o el jeque árabe que le pide matrimonio, o su agencia de viajes. A veces el vecino no se aparece en las escaleras ni en el pasillo ni en el estacionamiento y entonces sólo soy la Maztrich ("Maaaztrich, te tardaste y ya voy en mi cocheeee, que no vuelva a sucederrrr"). A Poncha todavía nolentiendo. Tiene horarios raros. Pero casi siempre va peleándose con el tráfico. Mugre vieja, ándale, atraviésate. Mja, pérame porquemestoy pimtamdo la boquita. Aysh, este tráfico del demonio..guargrghhhh. A veces me da miedo que lo de esta cosa de Telcel sea mentira y yo esté muy mona hable y hable y luego me vayan hacer la juvenil. Más les vale que no.

Total que hoy me declaré en franca rebelión viernesina. Les dí un ultimátum a mis interlocutoras frecuentes. Ya ni voy a ser la abuelita esa que se la pasa sola en navidad porque sus hijos se fueron a pasar la nochebuena a casa de las nueras y luego nadamás la visitan cansados al otro día para el almuerzo. Ah no. Ya no voy a tolerar que se larguen con los amigos de sus novios a hacer cosas los viernes y luego nos veamos para el recuento de los daños a las tres de la tarde. O bueno, hoy no lo voy a tolerar. HOY si sus novios las quieren ver, no van de locales. Ahora les toca ser visitantes. Así que más les vale presentarse hoy en punto de las diez en el bar estipulado para las cheves reglamentarias. Ya después que hagan lo que quieran.

Ma...

Ring ring. ¿Ma? Oyes ma, te hablo por varias cosas, sí a ver...

- Uno. Buenos días.
- Dos. De aquí al domingo hay ofertas en Dillard's. 75% Off + An additional 50%. Para que vayas en mi representación. No, no te voy a mandar dinero, pero te doy chance de que me compres cosas aunque sea en oferta.
- Tres. Nito que me pases el número de mailbox para Ph.
- Cuatro. Oyes, ¿tú teacuerdas qué era eso de lo que hablábamos por teléfono la otra noche que me dijiste que sería tema para escribir? Es que mi sesión diaria de inspirancia no funcionó hoy. Las musas no se dejan cuando ando en saldos negativos de sueño y sin voltarén o dolac o endorfinas del yoga. Uysh. Bueno, pensé que te acordarías. Ni moros.
- Cinco. Te quiero mucho ma. Te podría decir tiadoro, pero todavía tengo ese trauma. ¿Te acuerdas cuando eras fundamentalista? Me da gusto que ahora nomás seas una churchleidi normalona.


Batallo con el tarro lleno de café y los exámenes y los zapatos verdes y la bolsa y todo el kit y menojo conmigo por andar tan distraída, tan "sinembargo", como dice Shamán (ju baidigüei ses jis gonna su mi for divors...ha!). Y de repente, una mancha roja bajo el sol rodeada de otras manchas desconocidas se me atraviesa en un pasillo:

¡¡¡MMIIIIISSSS!!! ¿Cómo estássss Misssss? Volteo dos veces, como si los lentes no me hubieran funcionado (como si el cerebro no me hubiera funcionado). Me abraza efusivamente antes de que termine de decir su nombre. Abrazo de oso contento. Pareciera que la gravedad se descompuso un rato porque ni tarro ni bolsa ni celular ni exámenes se caen. ¿Cómo te va? ¿Qué ha sido de tu vida? Ayyy Miiiissss, no sabes cuánto textraño!! Hasta mi madre textraña Miss, dice que ya no hay quién le hable, está tristííííísima. Ya no seas mala con tus alumnos Miss, ¿a poco ahí traes los exámenes? Muchachita sorprendida interrumpe la conversación y dice barbero. Voltea rápidamente todos sus kilos recubiertos de camiseta roja y aclara: Discúlpame, pero yo no tengo ninguna calificación pendiente con la Miss, fue mi maestra de Prepa, ¿sí? Muchachita metiche regañada hace puchero y se calla. Miss desinspirada sonríe como tonta y se pierde en los intrincados vericuetos de la mañana del viernes, que es la más larga de la semana.

Guargh

Había destar pruibido salir a estas horas delauficina.