7.31.2004

Aceitunas negras

Tiene que haber una forma más fácil de deshuesar aceitunas, sin batallar tanto. No me gusta tener que picarlas, si fuera para mí, las dejaría enteras. No es para mí. Ni la ensalada verde con varias lechugas, ni la pasta con salsa verde ni el aderezo amarillo que tan bien me sale. Son para Adriana, la van a pedir hoy y su mamá le pidió a mi mamá que le ayudara con la cena. No se suponía que lo hiciera yo, pero mi madre se ha ido al banco y yo estoy aquí. Sigo partiendo las aceitunas con cuidado de no arruinarme las uñas y me acuerdo un poquito de Adriana. Éramos vecinas cuando yo era niña y mis padres eran jóvenes. Mi madre y la suya eran de fuera y se la pasaban todo el día en la casa, haciendo de comer y quejándose del calor y la tierra de este pueblo bicicletero al que sus maridos las habían traído de Monterrey y del D.F., respectivamente. Fue mi primera amiga, no la mejor, ni la más querida, ni nada de nada, nadamás la primera de la vida. Ella estrenó mi bicicleta cuando yo todavía no sabía andar en bicicleta. Brincaba de un lado a otro y yo no. Las dos comíamos paletas de hielo en la banqueta para no ensuciarle a nuestras mamás los pisos. Tengo muchas fotos de las dos jugando en la calle, bañándonos con la manguera, intercambiando calcomanías de Kitty. Ella corría sin caerse y yo traía siempre las rodillas raspadas. Ella me pegó, estiró el pelo, hizo llorar mil veces. Después, cuando su madre la castigaba por hacerme todas esas cosas, yo volvía a llorar para que la dejaran salir a jugar hasta que me mordía o me decía "mensa" otra vez. Después de los seis años, mis recuerdos de ella son vagos y cada vez más lejanos. Nunca estuvimos en la misma escuela hasta la preparatoria, pero para entonces ya las distancias entre nosotras estaban bien establecidas. Mi primer novio "de veras", el brasileño altote aquél, resultó haber sido novio suyo antes que yo. Yo no lo supe entonces, sino hasta más tarde. Cuando él me dijo "ya no te quiero" y se fue a festejar mi cumpleaños con otra Adriana más bonita, más cool, más todo que yo y que la Adriana anterior. Eso fue lo último que compartimos, yo creo. A ambas nos hizo lo mismo. A ella le preguntó que si me conocía, que qué le parecía yo. Dos meses más tarde él y yo éramos novios y yo lo ignoraba todo. Ya no comíamos paletas juntas. Antes de que terminara el siguiente semestre yo había adelgazado tres kilos (ahí empecé, yo creo) de la tristeza de saberme engañada, abandonada por otra. No sé a dónde voy con esto. Adriana se casa en diciembre, la van a pedir hoy. Decidió hace un mes que se casaba. No está embarazada, pero de pronto,ella y su nuevo novio han decidido que no pueden vivir el uno sin el otro. Bien por ellos.

7.30.2004

Fin de semana

Cosas que se me quedaron en el tintero:

Nunca pensé que un cable de teléfono más largo fuera la llave de la felicidad.
No olvidar el día de la secretaria.
Dormir más.
Mi relación con los taxistas esta semana, su sabiduría (monedas que se quedan en el aire).
Películas.
Limpias de escritorio.
Bruja inoperante (más de Tita Valencia).
Sobre el proceso de pérdida selectiva de la memoria de acuerdo con Mariana.
Los nuevos despistados que han llegado por aquí.

Caducidad.

Los hombres que quieran seducirme, enamorarme, recuperarme, van a tener que inventarse otra frasesita. Esa de "Ven a conmigo a París/Nueva York/Chicago/la sierra de Durango" ya se gastó. Ha dejado de funcionar a fuerzas de tanto usarse. Ya no pienso dar un paso más por nadie, ni por la promesa de un amor, de unos días de amor que no lo es. Al final de cuentas, nadamás se benefician las compañías aéreas, las tiendas de souvenirs. Basta ya de promociones de vuelos, de encuentros en aeropuertos. La línea ha cumplido su fecha de caducidad y ha dejado de servir para que mi corazón viajero y yo hagamos maletas de esperanza, inventemos pretextos y coartadas y nos larguemos a que otra vez nos hagan daño. Fin de las promociones de turismo romántico. Y es que sí, es muy emocionante. Sí, suena bien. Sí, tengo unas fotos muy bonitas. Sí, los puentes y los ríos y los atardeceres. Sí, las maletas y la ropa tirada. Sí, las miradas en el transporte colectivo de ciudades desconocidas. Sí, la comida exótica. Sí las bufandas y los gorros y los guantes prestados. Sí, el rush, el thrill. Pero ya basta. Ha sido suficiente. Ha sido demasiado. Ya tengo todas las millas que el programa permite, ya en mi mochila no cabe nada más, ya el escritorio se desborda de souvenirs, ya no hay espacio para más fotos o compromisos fantasma. Ya no, ya no ya no yanoyanoyanoyano. Que otros lo vivan ahora. Que los que siguen lo vivan ahora. Bienvenidos ellos, los que quieran venir.

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7.29.2004

Recuerdaciones y rememoramientos

Llegué al cine antes que él. Me acordé de esa época en la que era estudiante y no tenía coche y andaba en cines y plazas y tiendas con mochila y libros. Había muchísima fila, claro 2x1. Las niñas atrás de mí en la fila dicen que quieren ver la misma película que nosotros (I am Dina), pero no saben de qué se trata. "Es ce, oye, a lo mejor es de miedo o algo así, ay no qué horror, pero se ve buena y tenía muchas estrellitas, y las esrellitas qué o qué? pos eso significa que está buena, no seas mensa, pero yo mejor quiero que veamos Garfield, no, qué aburrido vamos a ver esa, de qué se tratará, el otro día mi papá rentó una película de soldados que se veía muy  buena pero fíjate que era alemana y como que se la bañaronporque la tramaestababuena pero violabana a unas muchachasbiengacho y digo no es como questuvieran así guapísimas pero sí la regaron con agregareso porque lo de la bomba sí estaba interesante". Siento un deseo irreprimible de voltear y decirles que mejor sí vean Garfield pero me contengo. Mi turno. Ya está agotada. Sigh sigh. Ok. Dos para Eternal Sunshine of the Spotless Mind. Mariana la vio creo que en Febrero y me dijo que la viera. A Mariana no le gusta mucho ir al cine (aunque a veces acompañe a sus nuevas amigas a ver películas de Will Smith), y si recomienda una película es porque hay que ir. Llega Shamáns y vemos la película. Salgo agotada. Todavía no puedo terminar de digerirla. Blessed are the forgetful: for theyget the better even of their blunders (Nietzche).  A veces me gustaría tener mala memoria. A veces me gustaría no acordarme de nada. A veces, cuando me doy cuenta de que son recuerdos apócrifos, que las cosas no eran como yo las recuerdo. ¿Por qué se me olvidan las llaves y los aretes y checarle el aceite al coche y pasar un recado o contestar un mail y no puedo dejar de recordar un par de besos, una calle gris, una bufanda,  un suéter ajeno, un sillón, una botella de vino, la melodía esa? ¿Quién carajos decide qué se va y qué se queda?

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7.28.2004

Aclaración Urgente.

  1. Los esposos de cine corren el peligro de perder su estatus de esposos de cine cuando intentan invadir esferas que no corresponden al matrimonio cinístico (ej. hacer planes dictatoriales para actividades acinísticas).
  2. La figura de "esposo de cine con licencia" está siendo estudiada por una comisión ad hoc que dictaminará en los próximos días la legitimidad del término y las condiciones de otorgamiento y renovación de la supuesta licencia.

Matrimonios cinísticos.

Hace rato estaba pensando en que no sabía de qué escribir hoy, y que esto seguramente era una indicación de que no sé escribir y que escribo muy mal y que blahblahblah. De repente, como caído del ciber-cielo, Shamán (Señor Don Shamáns para ustedes)  me da sin querer el tema. Ayer fuimos al cine. Vamos seguido al cine. Somos esposos del cine. Hay gente que no entiende bien este concekto.  No es nada difícil. Empezando por el principio y las etimologías,  esposo  es uno de los dos integrantes de la pareja del matrimonio, y sobre esto la RAE dice:
 
matrimonio.
(Del lat. matrimon?um).
1. m. Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.

 
Entonces, esposos son los que se matrimonean, mediante "determinados ritos" (más sobre eso después), no nadamás los que se casan por la iglesia o el registro civil, o los ritos indígenas (ver boda de Irma Serrano).  Así pues, un esposo del cine no es un esposo-esposo en el sentido que lo entiende la sociedá, pero no por ello es menos esposo. Los esponsales del cine tienen validez exclusiva para el cine y sus actividades relacionadas (léase discusión de cartelera, toma de decisión de selección de película, compra de boletos, trasladación a las instalaciones del cine, etcétera) , y se pueden celebrar de manera múltiple sin tener que anular por ello los matrimonios preexistentes. Ahora los matrimonios de cine no se concertan, se arreglan ni se pueden forzar. Se dan gradualmente, casi siempre sin una ceremonia inaugural, ni festividades de por medio. Los hay rápidos y los hay también lentos. Es fácil darse cuenta cuando uno tiene un esposo del cine: Para los esposos de cine no hay nada más importante que la película y su goce y disfrute por ambas partes. Es importante seleccionar cuidadosamente al esposo del cine, los esposos del cine están unidos por un vínculo impenetrable basado en la confianza: Son capaces de acompañarse el uno al otro sin preguntar antes qué película van a ver, o sin leer la reseña o la sinopsis del periódico. Confían plena y totalmente en la cinefilia del otro.  Esto no indica que sean infalibles, un esposo del cine puede equivocarse y seleccionar mal, puede dejarse llevar por espíritus comerciales y de mal gusto y elegir, por decir algo, La maldición del Perla Negra (o algo peor, como las películas de Jackie Chan). Este acto por sí solo no despoja de manera alguna al esposo del vínculo matrimonial, pues se supone que existen incidentes previos que avalan su confiabilidad, y de buena fé se espera que no reincida.

Pendientes: Derechos y obligaciones, Cláusula de exclusividad, Terminación del vínculo, Límites al contrato nupcial, etc.

(continuará)


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7.27.2004

Paciencia

La curva difícil del año ha llegado. Necesito paciencia, paciencia, sonrisas y paciencia. Me la estoy tomando a cucharadas, en sobre, como infusión, de todas formas. Esta gente, por más que me parezcan individuos irritables, no tienen nada qué ver con el resto de mi vida. Con el auto y las enfermancias y los insocnios. Ellos son aparte y aparte los tengo que tratar.

GUARGH.

Ayer amiga del alma-señora con camioneta pasó por mí para hacer "vueltas".  Mientras comprábamos celularm, lavábamos camionetona, comíamos yogurt, fumábamos mentolados, surtíamos el súper, nos contamos nuestras respectivas aventuritas de la semana.  Qué risa. ¿Por qué no podemos ser como la gente? ¿Por qué nos tenemos que enfermar en las vacaciones y las grúas tienen que hacer volar nuestros autos por los aires de la sierra de Durango, y los hombres portarse como nadamás ellos saben y esas cosas? Nadamás ella mentiende cuando le digo que esto no se lo puedo contar a nadie.  "Ya sé amiga, ya mejor nadamás decir 'bien, gracias' cuando te preguntan cómo te fue". Exacto. Porque si no nadie nos va a creer. Porque si contáramos esto, nadie nos lo creería. Nos da risa, y nos da lagrimita y luego nadamás nos da suspiro resignado. Somos superpoderosas. Levantamos cofres, nos pintamos las uñas, contratamos grúas, organizamos showers, bañamos a los niños, esuchamos a las mamás que todo lo saben, excepto que nosotras también ya somos grandes, lloramos sin que nos vean, tomamos café, manejamos camionetas, usamos tacones, coqueteamos con los dependientes de las tiendas de celular, hablamos, hablamos, hablamos. Cómo la quiero, me cae.

7.26.2004

Reflejo en la ventana

La de las sandalias con tacones de diez centímetros de altura. La de la blusa rosita con la línea blanca en medio, los pantalones gris-primavera. La del pelo largo (tengo el pelo largo otra vez!), las uñitas largas y limadas, la de los pies y los hombros descubiertos y bronceados. La mujerona esa...¡era yo!

7.25.2004

Películas

Es increíble cómo entre más canales disponibles hay en la tele, menos cosas que ver hay.  En fin. Hay un peliculita de la que no había oído nunca nada. Crush.  Empieza bien, y como que promete. Pero de repente sin saber bien cómo se les hace bolas el engrudo. Andie McDowell es una señora jefa maztrich cuarentona. Se reúne semanalmente (ojo, los martes no los miércoles) con otro par de coetáneas a fumar y tomar vino y esas cosas. Muy bonito, muy bonito todo el kit. De repente, un exalumnito sale sabediosdedónde, 11 años mayor (que cuando alumnito), but still muy menor que ella. And so the plot thickens (pero rumbo a engrudo, no rumbo a, no sé, gravy rico) y en fin.  Andaba muy simple así que me reí sola un rato, se me salieron dos lagrimillas, etc. De pronto una de las amigas dice del affair del personaje de la McDowell: "He's going to make this very trusting, lovely woman into a very sad person. I mean, look at her, she looks like she came out of Little Women".
A veces yo también siento que me salí de una novela cursi y mencontré con otra cosa (el mundo, ok).  Which reminds me (ando pocha, pocha pocha), de eso quescribí en el cuadernito mientras en la playa:

"Inocencia: sust. Condición indispensable para la perpetración de un engaño. sinon. Enamoramiento. Ant. Femmefatalidad." (Diccionario personal mío)

Creo que sí necesito dormir.

7.24.2004

Atrasado

Hace dos semanas fui a una boda largamente anticipada. Primero no sabía con quién iba a ir, luego sabía con quién me gustaría ir, despuésgo supe que iba a ir con quien me gustaría, más tarde todo se volvió confuso. Una semana antes todo se puso patasarriba. En fin. Quiénsabe cómo fui con un señor con el que hace tiempo tuve quereres. Empezamos siendo esposos de cine. Mentor musical, autor intelectual de la maztrich, patrocinador de momentos deliciosos, estrenador inadvertido, etcétera. Luego todo se fue al carajo. También sin querer me heredó una historia todavía más grande y más dolorosa. Y que conste que él siempre se opuso.  Y que yo me aferré. En fin, pero no iba a eso. La boda. Qué chistoso, cómo ha habido bodas aquí ( para muestra, ver: 1-1.1, 2, 3, 4, 5). Pos fui con ese señor a la boda. Mucha gente sescandalizó. La verdad es que, independientemente de otras cosas, la pasamos bien. Nos conocemos bien los pasos de baile, los códigos, las señas, el glamour, los lucimientos y deslucimientos. Un poco desacostumbrado en el monitoreo del alcohol, es lo único que podría reprocharle, pero de todas formas, nadie es perfecto. No se lo reprocharé.

Del NYT...

I am the eye of the hurricane.
All around me is chaos.
Frustration and annoyance are lessons.
All obstacles are tools for learning.

(Del NYT  aquí y de aquí, tan pronto como pueda, a mi corchito de la oficina)

7.22.2004

Lo bueno

Lo único bueno de intoxicarse con comida en la playa es que hay tiempo suficiente para leer Anna Karenina.

7.21.2004

Dishwashing

Si me dejan un CD chido puesto, yo recojo la cocina y no hay tos. Mis hermanos salen corriendo a buscar algo que los exima de levantar vasijas y lavar platos. Prontísimo hay un disco fiucha de manufactura casera tocando. Sigh. También cociné. No me acuerdo con qué hombre hice alguna vez el pacto de que el que cocinaba no lavaba. Mentira, era más bien la continuación de dos tradiciones familiares suyas: 1) El primero que pregunta qué hay de cenar hace la cena y 2) El que hace la cena no lava los platos. Así pensábamos hacerle.  En esta casa no es así. Mi padre siempre dice lo mismo cuando alguna visita masculina hace el intento de levantar un plato: "Si no vas a estar aquí todos los días para hacerlo, no vengas a poner el mal ejemplo y sentar precedentes". Los comensales sonríen y sueltan el plato y le dan vuelta a su café y prueban el postre. Hoy no ha visita ni ayuda ni comensales para hacerme plática. Tampoco está el hombre aquel a quien hoy le correspondería hacer esto. Ni ningún otro, for that matter. Caetano y Cafetacuba me acompañan. Me gusta la forma en que la luz entra por la ventana. Enjabono un plato, otro plato, otro plato, otroplatotroplatotroplato. Agua. Estoy descalza. Canto a todo pulmón. Nadie se puede quejar porque, ah sí, no están ayudando. Mis dedos se deslizan rápidamente sobre la hoja de un cuchillo. Lo levanto y lo miro. Es muy filoso. Lo usé para partir chiquitita la cebolla hace rato. Y el ajo. No me había dado cuenta de que era algo tan peligroso. Enjabonar y enjuagar un cuchillo. Una proeza, acomodar todo en el escurridor.

Prohibicionista

Nunca un cumpleaños me había puesto tan de malas. Menos uno ajeno.

Debería estar prohibido.

 
Prohibido cumplir años sin crecer. Prohibido envejecer sin madurar. Prohibido. Prohibido. Prohibido.

7.20.2004

Hoy fui a ver a un doctor. Tengo algo en un pie. Hace mucho que no lo veía, a mi pediatra. Pero el especialista no estaba. Estoy en mi pueblo y fui a visitarlo. Ya no es el mismo de antes. And then again, yo tampoco. Las hojitas en donde anotan peso, talla, temperatura y presión sí son las mismas. El mismo membrete, el mismo marquito. Yo ya no peso lo mismo que la última vez. Estuve en el consultorio como una hora. En la mesa de exploración, tres minutos. Media hora para que me preguntara qué me llevaba por ahí. Antes de eso, qué hago, qué quiero, a dónde voy. Hay que ser prácticos. Hay que preocuparse por el futuro. Por los hijos que todavía no tienes. Por lo que vas a ofrecerles. Mijita, es muy difícil la vida. Es muy difícil encontrar el camino. ¿Se me nota tanto? ¿De veras me veo tan a la deriva? Vas a necesitar un compañero, me dice. Te va a hacer falta. Esto que quieres hacer es otra cosa. Esto en lo que te estás metiendo es bien complicado. Y vas a necesitar quién te apoye. Pero piensa, piensa, piensa. Necesitas decidir bien. Porque además para las mujeres como tú la cosa está complicada. Sabes que de aquí en adelante con cada paso que das, tus opciones de trabajo y de encontrar un compañero adecuado se reducen. Y que nadamás puedes ofrecerle lo mejor a los que vienen después que tú. Mi pie. Mi pie. Mi pie. Qué angustia. Yo nadamás tenía mal un pie, no la vida. Vemos mi pie en treintayocho segundos. Estetoscopio, oídos. ¿Fumas? Nunca me habìa preguntado eso antes. Contesto en un susurro: Ya no. Me da vergüenza. Ya no necesito el banquito para bajarme del a mesa de exploración. Ya no necesito tampoco saltar. Volvemos a su oficina. Me explica rápido lo que tengo. Me imprime unas hojitas, como siempre. Acerco mi silla, como cuando era pequeña. Saca un marcatextos y me va subrayando lo que necesito saber. El nombre. Me hace repetir algo en latín. Me enseña el diagnóstico diferencial. Esto es esto porque no es esto otro. ¿Viste la línea? ¿los puntitos? Por eso sabemos que es esto. Esto es lo que podemos hacer. Una, dos, tres alternativas. ¿Qué prefieres? Tal cosa. Perfecto. Escribe la receta. Yo y la silla nos volvemos a nuestro lugar. Me vuelve a insitir en las cosas de la vida. Mi mamá quiere que le pregunte por qué se me cae el pelo. Por puro compromiso pregunto. Se ríe. "Cuando por fin te vayas, cuando por fin arregles todo, se te va a componer eso". Yo no le he dicho nada. Lo único descompuesto que le enseñé fue mi pie. Empiezo a pensar que ya está viejito. Luego pienso en todos los niños mocosos y tosientos y ronchudos que hay afuera y me doy cuenta de otra cosa. A este doctor no le importa mi cuerpo. Al menos no le importa tanto. Eso es fácil. Eso sabemos cómo tratarlo. Le interesa lo importante. Quiere que sea feliz. Me lo dice al final. Pero no es un augurio, es un diagnóstico. Mi doctor casi nunca se equivoca.

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Libros inconclusos

Hay un libro que todavía no leo. En él hay una mujer y una carta. La mujer no ha abierto la carta. No sabe qué dice.  Nunca he visto este libro, pero sé que existe. Es uno de esos libros en donde uno se encuentra en cada línea. De esos libros que uno lee y dice "Yo he sentido eso. Yo soy esa persona".  Quiero leerlo. Quiero llegar a ese último capítulo en que una mujer adulta abre por fin una carta que tiene más de cinco o diez o  quince años esperando ser leída. Quiero saber qué dice la hoja en donde la autora (el libro lo escribe una autora) por fin nos revela - o no- el contenido misterioso de la carta. Tal vez ni siquiera es una carta. Tal vez es sólo un recado.  Tal vez no es nada. Tal vez es sólo un sobre con una hoja en blanco. Tal vez es sólo una hoja de instrucciones. Tal vez no es nada. Pero me intriga saber qué sucede al final.  Una carta que se envía, que espera y espera y espera y nunca es leída, sino hasta el final. Quiero leer ese libro.
 
Necesito primero escribirlo.

7.19.2004

Políticas.

Hay un hombre en algún lugar. Ha dicho que le gusto: "Usted me gusta de veras". Miente, como todos. Tal vez todavía no lo sabe, pero está mintiendo. Le gustan mis palabras, lo que escribo. Le gusta un moretón en una rodilla. Quiere ponerle agua oxigenada. Taparme cuando me haya quedado dormida. Quiere asaltar un banco y que estemos en la misma ciudad para poder tomarnos una botella de vino. Es posible que sea sincero. No voy a saberlo nunca. Alguien más lo intentó ya. Alguien más me montó antes en un avión a fuerza de palabras bonitas. Alguien más destrozó ya un corazón. Lo lamento señor be, aquí ya no hay nada qué romper.

Fin de semana-

Me gusta ser anfitriona. No me gusta que se acuesten las visitas en mi cama. Me gustan las fiestas. No me gusta que se acaben después de que yo ya me quiera dormir. Me gusta complacer. No me gusta que los que quiero no se dejen complacer. Me gusta la limpieza. No me gusta limpiar todo el día. Me gustan las pupusas y los tacos llorarás. No me gusta que me carrereen cuando como  pupusas y tacos llorarás. Este domingo ha sido MUY largo. Somos muchos.

7.16.2004

Lost it.

Completamente. Me fui. Flipé. Debería existir una ley -municipal, federal, cósmica, física, natural, guarever, con que jale- que prohiba terminantemente que ciertos eventos sucedan todos el mismo día. Mi proyecto de ley incluye los siguientes eventos que deberían de ser mutuamente excluyentes so pena de algún terrible castigo(*):
 
- Post-PMS.
- Auto descompuesto.
- Partida de amigas todas a sus vacaciones.
- Fin de semana.
- Corazón partío.
- Lista interminable de pendientes que DEBE ser completada YA.
- Cumpleaños número 50 de progenitora.
- Mecánico pendejo al teléfono.
- Sol y desviaciones.
- Taxistas que nadamás dan morralla.
- Directorio desaparecido.
- Operadora del 040 malinformada.
- Parientes indecisos sobre asistencia a festejo de progenitora.
- Viaje de tres horas pendiente.
- Vecinas metiches.
 
 
En fin. De todas formas me desquité con la banda. Todavía no lo creo. La quité yo-so-li-ta. El de la refaccionaria al que marqué me preguntó de cuántas ranuras quería la banda. Aparentemente no basta conocer modelo y marca. No importa. Ya estoy en Monstrich Mode. Cuelgo. Busco llaves. Abro el cofre. Sé cómo es una banda. Sé dónde va. No sabía lo de las ranuras, pero nomporta. Mhhhh. Qué bueno que hoy fue viernes de jeans. Grasa por todas partes. Uñas manicureadas, ahí les voy. Se rompió mala onda. A lo largo. Cuás, jshhs, msñsns, arrghh. Uf, uysh, sigh. Taránnnn. Wow. Una parte sale entera. Me falta el cachito flaco. Más cuás, jshhs, msñsns, arrghh. Más uf, uysh, sigh. Esta vez no hay tarán. Damn it. Güeno, a ver. La que tengo en mis manos tiene 1, 2, 3 ranuritas. La que queda adentro tiene... mmhh 1 ranurita. Achis. ¿Dónde quedó la quinta? Mhhh. Ceño fruncido, uñitas rosas confundidas. Ahhh. Claaro donde se peegann.. Yeahhh. Me siento como físico nuclear. Soy la Madame Curie de los motores. Pequeño rush de bienestar como en esas otras ocasiones. En fin. Todo sea por la suficiencia y la independencia. Chale, ahora sí que cada vez se me están haciendo más prescindibles los señores cuidadores. No sé por qué pero me da la impresión de que mestoy preparando muy bien para ser sola. Yo no pedí este curso! ¡Yo no metí esta materia! ¿Cómo la doy de baja?
 
Me molesta un poco que cuando estas palabras empezaron a habitarme, pensé inmediatamente en sustituírlas por unas que mejor dijeran: "Me gustaría poner aquí las palabras que quiero. Pero no quiero que las leas. No quiero que sepas que me va mal, porque no es cierto. No quiero que pienses en el timing y en el dichoso "mal momento" porque nunca es buen momento para las cosas malas". Pero he dejado de escribir para tí. Y esta soy yo y estas mis palabras.
 


Cambio Mistake 95 por patines o bicicleta.

En chors y shanclas, ausculto con cara modorra mi auto. Van a ser las ocho. "Ay no me digas que tu coche te volvió a fallar". Olguita, la siempre bienintencionada, nunca oportuna vecina denfrente. No, me gusta hacer vaporizaciones matutinas bajo el cofre de mi Mistake '95. ¿No sabías? Es excelente para las ojeras, la piel y sobre todo, el estrés.  Aahhh, cómo me relaja llenarme las manos de grasa. "No Olguita, nadamás es una banda que se me reventó". Me mira con una sonrisa que no me gusta "Ayy híííjolaa no pues a tí si que si no te llueve te relampaguea, de veras". Repentinamente me percato del todo el potencial asesino que tiene una banda reventada. Vecina metiche muere ahorcada. Afortunadamente no lo veo como Olguita.  Es nadamás un coche viejo, una banda que se reventó. Nadamás un inicio de mañana ligeramente malo. Y para probarlo, don Bastón Garza Treviño Accidente Terrible Coma Nueve Meses pasa frente a mi casa y me dice buenos días. Buenísimos.  Me da la impresión de que ha pasado por aquí nadamás para asegurarse que no voy a empezar a maldecir o a llorar o a repelar o a mentar madres. No merece la pena, una banda reventada, un viaje frustrado, un corazón roto. Nada meimporta. Nada me mata. Todo me fortalece. Soy bien juerte.

7.15.2004

Vendimia

Todavía no sé cómo decirles que no. Vienen sonrientes, amigables, buenasgentes a mi cubículo. Traen cositas tejidas de centroamérica, duvalines de tiendita de la esquina, zapatos por catálogo, mugritas compradas en tiendas chafas de otros continentes, cremas olorosas de tiendas famosas de ropa interior. Pulseritas y collarcitos. Espejitos, puros espejitos. Todos mercan, marchan, mercan. Tocan a mi puerta. Se interesan por mí, por mi vida, por lo que tengo que decir. Se ríen de mis chistes y me preguntan de mis cosas. Luego, como sin querer, como sin que yo me dé cuenta, sacan la bolsa, el estuche, los muestrarios. Quesos sudados desfilan antes mis ojos seguidos de colchitas hechas a mano, velitas inservibles, chocolatitos tristes en cajitas pegadas con silicón.

Y así, sin fin, la eterna fila de profesionistas malpagados hace su procesión ante mi oficina.

Delicias literarias.

Por fin lo he logrado. Sofía se quedó dormida. No sé bien cómo, pero ya empezó a respirar fuerte. Su manita gorda se aprieta de una manera extraña sobre mi pecho hasta ahora virgen de este tipo de caricias. A lo mejor lo único que pasa es que ahora me despiertan otras emociones las caricias de un bebé. Ya no son muñecos, ni cosas de adultos. Muevo mi brazo un poco y hace ruiditos. La acuesto bocabajo sobre mi cuerpo cansado y me imagino si algún día podrá recordar este momento. Ella no lo hará, pero yo sí. Está oscuro. A un lado, en la cama, está la pantalla esperando estas palabras. A un lado está un libro que me hubiera gustado escribir. Es la recomendación literaria más rápida que he seguido en mi vida. Hoy, a mediodía, vengo subiendo los escalones grises mientras me termino la mitad del cigarro que alguien me regaló (yo desde hace mucho ya no fumo). En la cima de mi corta ascención está el Profesor M., leyendo. Me gusta el Profesor eme porque le gusta leer los mismos libros que me gustan a mí. Creo que es alrevés. Siempre tiene una palabra amable y una sonrisa. "Niña hermosa, cómo está". Siempre me hace sonreír. "Aquí no se debe fumar, pero no importa, vamos a fumar" Saca su cajetilla de Bensons y me lamento de que el mío está por terminarse. Así la charla podría ser más larga. "¿Usted es de Matamoros?" Reynosa "Ah, ya decía yo que de por allá. ¿Qué está leyendo ahora?" Me avergüenzo porque no estoy leyendo nada y me acuerdo de lo que decía Reinaldo Arenas. Lo último que leí fue "Lo anterior" y me faltó volver a leerlo, pero no me lo han devuelto. Se lo digo. De alguna forma y sin que yo me dé cuenta, menciona dos o tres libros de mexicanas que le han gustado. Me aclara de pronto una interrogante que desde hace años tengo sobre "Antes", de Carmen Boullosa. De repente, una iluminación y me dice "Minotauromaquia. Ése es el libro que usted tiene que leer. Es de Tita Valencia, y es una cosa maravillosa" En eso, as if on cue, señala hacia una chica con una camiseta de Tinkerbell que camina hacia nosotros y dice: "Mire, ella le va a explicar, en norestense, de qué se trata Minotauromaquia, porque ella lo leyó en mi seminario". La cosa está así: Tita Valencia es una concertista que escribió una sola novela en su vida. Tomó un taller de escritura con Arreola y se enamoró de él. Arreola no se dio por aludido, pero la leía, leía lo que ella escribía, y la editaba y le corregía el texto. Al final de la obra, al parecer, no queda ni un cachito bueno de él. Me gusta inmediatamente. Lo quiero. A las ocho de la noche de hoy, ya estaba en la página 23. Qué cosa, qué cosa.

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7.14.2004

Clasificado

Cuando leí la oferta no lo podía creer:

En Venta. Escrupulos nuevecitos, un solo dueño. No se aceptan devoluciones. 5 k. ¡Estrene hoy!


Justo lo que me estaba haciendo falta. La verdad no los andaba buscando, pero hay cosas que se compran de ese modo. Al menos así me sucede a mí. Mi taza para café verde vintage, por ejemplo, o el segundo par de lentes. No los estaba buscando, pero cuando los ví, supe que no podría vivir más sin ellos. Y no es que en este caso no los tuviera de antemano, pero francamente los míos ya se ven muy gastados. Los he usado toda la vida y los pobrecitos como que ya no dan para más. Pregunto. "Disculpe, ví su anuncio. ¿Se encuentran en buen estado? Ahhh, nunca los usó, de acuerdo, de acuerdo. Oiga, ¿y si no le puedo pagar en efectivo? ¿me acepta una camiseta de Labastida original de la campaña presidencial, dos Trident apachurrados y un disco de canciones chidas quemado por mí? Ajá. Me explica que por cuestiones de higiene, como con los trajes de baño y la ropa interior [N. del A.: nomás de pensar en el disgustazo que se van a llevar todos esos trasnochados que teclean ropa interior y trajes de baño en google y que van a venir a dar acá, me dan ganas de mejor omitir la última oración] , no me los puedo probar antes, pero me asegura que son bastante flexibles, casi casi unitalla. Aparentemente no necesitan regarse, ni desparasitarse ni lavarse una vez antes ni nada. El deal se viene abajo cuando formulo la última pregunta: "Oiga, ¿y vienen con acento?, ¿o son así como están en el display?"

No soportaría nunca pagar por una palabra con faltas de ortografía.

7.13.2004

Disculpa

Lo lamento mucho. Lo lamento deveras. Es cierto que no se debe jugar con las esperanzas de los demás. Es muy verdad que las palabras pueden engañar. Perdón a todos aquellos que llegan aquí buscando otras cosas que aquí no hay:

Dolor de muelas
Dolac (won't find a prescription here)
Vestido niña alforzas
Consultorio de señoras porno (go away!!)
festejo-baile
Rescatel plus (ask me anything, I'm their best customer)Pedicure perfecto
Piernas afeitadas (sorry I don't have pics hon)crochet verano 2004
Prohibido dormir
Yoga para el dolor de muelas (really, go see a dentist)
"A veces cuando hablabas"
muelas tontas
fotos de pies bellos en sandalias
"Cavidades en que están engastados los dientes"
porque razon el amante engaña a la amante (I really truly apologize for not knowing this one)
Metrosexualidad
Cristina+Rivera+Garza
"Laurel Canyon" soundtrack

Lo lamento de verdad. Aquí sólo estoy Yo y punto.

Hay días

Hay mañanas.

Hay mañanas, en las que no importa que las piernas se sientan suavecitas. No importa que las copas hayan sido muchas y abundantes.
No importa que la casa esté en silencio.
No importa que el cuerpo se vea bien.
No importa que no haya calor y tenga ropa nueva.
Hay domingos en los que no soporto estar sola conmigo misma.

7.12.2004

Debilidad

Confieso que no cumplí. Pero ya mañana se acababa el luto literario (el otro luto, ahhh ese todavía no sabemos si se va a terminar algún día) y necesitaba sacar todas esas palabras retroactivas al mundo.

Desconecte

Acabo de darme cuenta de que me pasé todo el fin de semana sin internet. Sin usarla y sin necesitarla, en realidad. El hecho de que me he dado cuenta apenas hoy lunes lo demuestra. Lo que sí no es cierto es que no me hiciera falta escribir. El viernes me cené una hamburguesota. Mi adoradísimo carnal me mandó vía mi otro adoradísimo carnal el capítulo final de Friends que no había podido ver. La cinta estaba rotulada "Videos a lo bestia" y la verdad sí me costó mucho trabajo encontrar el dichoso episodio. Qué triste. Se acabó.

El sábado fue de pura chiflazón (y gastancia de dineros, claro).
Depilación con mi psicóloga wannabe que ahora se descuidó y quiénsabe cómo le empecé a voltear las preguntas y acabó contándomelo todo sobre su ex-novio, el amigo guapo de su ex-novio y la novia del amigo guapo de su ex-novio. A hacer tiempo a las rebajas de Zara. Miro, miro, pruebo, diviso persona amable con la que no quiero hablar de temas prohibidos, tiemblo, titubeo, eludo, me voy. Luego manicure y paticure en el lugarcito nuevo. Me lo merecía. Me siento en el sillón cómodo y rico que da masajes (a-a-a-a-a-a-a-a-a). Extiendo piernitas recién depiladas y meto los pies al agua con burbujitas. Mmmhhh. Las manos igual. Mencanta todo el kit, y me atrevo a decirlo porque no lo hago seguido. Me alcanza amiga chiapaneca para comer. Un verdadero día Sex and the city. Sábado de spa y comidita. Shamán se nos une. Chambelán se reporta para confirmar cita y hora. Quedó que sí se peinaba. Good. La boda, el vino, la cena...mmhh eso lo dejamos para después.

7.09.2004

Ando mal. Ando mal. Andomalandomalandomalandomalandomal. Una vuelta. Otra desviación. Una flecha. Chingado, no llego. Hoy por fin me levanté temprano y vengo (venía) a tiempo al trabajo. Venía ya casi de buenas. Ya casi se me había olvidado que nada me estaba saliendo como yo quería. En el radio estaban homenajeando a Neruda y una voz triste y deliciosa decía: "Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,/ya no se endulzará junto a ti mi dolor. / Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada / y hacia donde camines llevarás mi dolor/ Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos /un recodo en la ruta donde el amor pasó./Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame, /del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo. /Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste. /Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy...." Yo sí sabía hacia dónde iba. A la oficina, a tiempo. Y el oficial decía "No, mire, vatener que tomar la desviación esta y yadeai sale derechito a donde usté va". Hice exactamente como me dijo. Respeté los altos, seguí las flechas, puse atención, iba con tiempo...Y de repente estoy en una esquina totalmente desconocida y miro hacia arriba y descubro que uno de los edificios de mi destino ha quedado atrás y ya es tarde. ¡¿A qué horasss??!!! ¿Cómo pasó esto?? ¿Qué hice mal?? Y vuelvo a ver la flecha anaranjada y ahora sí alto total. Ahora las últimas palabras del Poema veinte resuenan en mi cabeza. Y de pronto me doy cuenta. A veces no basta con hacer todo bien. A veces uno sigue las instrucciones y es respetuoso y hace lo debido. Y comoquiera no llega uno a donde quiere. O llega uno más tarde. O llega uno a otro lado. O de plano podía haberme parado en la nevería y no volver a ir a trabajar nunca. Pues yo sí llegué, aunque malhumorada e iluminada por esta revelación.

7.08.2004

Esto no cuenta como escribancia, porque no es mía. Es nomás copy paste de una carta de Frida a Diego en 1935:

"Por qué seré tan mula y rejega de no entender que las cartas, los líos con las enaguas, las profesoras de... inglés, las modelos gitanas (...) significan únicamente vaciladas y que en el fondo tú y yo nos queremos harto?".


Ah, esas vaciladas tan suaves.

Conversaciones radiales umbilicales

Tengo las dos manos ocupadas porque conduzco y trato de pintarme un ojo, así que no puedo cambiarle a la primera estación que aparece en la radio. Están hablando de cardiología de intervención (o intervencionista, no me acuerdo, pero me parece que ese es un término nuestro en ciencias sociales, no en medicina). Qué padre. Y después, después están hablando de esa condición en donde los bebés se ponen morados cuando acaban de nacer porque la izquierda y la derecha de sus arterias están confundidas y la sangre oxigenada y la oclusión y forames ovales y quéséyo. Y de pronto la explicación de la voz en el radio me transporta muy al norte. Es diciembre-o-enero. Está oscuro y afuera hace un frío endemoniado, pero a juzgar por nuestra apariencia actual, ni él ni yo tenemos frío. ¿Qué le pasa al cordón umbilical cuando lo cortan? ¿Qué le pasa a lo que está adentro? Ya no recuerdo cómo formulé la pregunta que en realidad quería hacer, pero la idea era esa. Y entonces con cuidado, con un brazo alrededor de mi hombro y el otro libre, sus manos empiezan a hacer como que cortan y dibujan ventrílocuos imaginarios y su índice y su pulgar forman rueditas que son conductos y su voz tiene un tono que me gusta y se está esforzando por explicarme. Y yo frunco el ceño y pongo atención como si algún día se me fuera a ofrecer. Y no me doy cuenta de que estoy viviendo uno de los momentos felices más absurdos de mi vida. Es la víspera del 2004 estoy en un país extraño, lejos de todo lo que conozco y en lugar de mirar las estrellas estoy asomándome a la anatomía interna de un feto que no existe.

Maldito programa médico de Radio Universidad.

Sueños

Me pasé la noche soñando con rusas embarazadas que parían en mi cocina. Primos furiosos que querían crepas hechas por mí mientras mamá Tamara me miraba con cara de urgencia y yo no sabía qué hacer. En un intermedio de este drama ensoñatorio, descubro que Anny y Susana también están embarazadas. De lo de Anny sólo recuerdo la noticia y la búsqueda infructuosa de un vestido de noche en un baño comunal oscuro. Susana y yo conducíamos por Paseo de los Leones mientras ella me explicaba que tenía un virus que afectaba al cartílago de su bebé. Tuve un miedo avergonzante de que me lo contagiara quiénsabeporqué. De regreso a mi cocina hecha un desmadre y a Tamara pariendo y a los primos fregando que quieren sus crepas. A un lado de su abultado vientre tiene un agujerito del que sale un plastiquito como un popote blanco. No sé cómo pero sé que se trata de un puerto. Dos pelados irrumpen en la escena, lentes oscuros y se identifican como agentes de migración. Intentan llevarse a Tamara. No sé en qué país estamos. Tamara contesta una frase absurda en un español muy bien pronunciado. Ah, estamos en México, pienso, y dejo las maniobras de auxilio y saco a los dos fortachones y les empiezo a hablar en inglés. Los dos son prietos y feos y yo ya no sé bien cómo está eso de las pertenencias nacionales. Pero les digo que se acuerden de cuando eran otros y no tenían el poder. Uno de ellos me empieza a hablar en español y me dice que él trabajaba en el campo antes de ser choto. El otro era guarro. Los despido y regreso corriendo. Está él, arrodillado frente la rusa exhausta, le explico lo de los de inmigración y nadamás me pide que le hierva un instrumento. La única olla que encuentro está llena de Nutella. Quiero llorar y no puedo. Son las siete de la mañana. Despierto temblando de frío. La sábana es muy delgada y la pijama insuficiente.

7.07.2004

Karenina o Kiddo

Puedo tirarme a la desgracia o enojarme con el mundo.
Puedo cerrar todas las puertas o cambiar la cerradura.
Puedo ser la Karenina tirándose al tren o la Kiddo de Tarantino.
Puedo dejar de quererlo o empezar a querer dejarlo.
Puedo permitirle robarme esta ciudad que soy o quedarme aquí.
Puedo abandonar un sueño sin dejar de soñar.

Pero no voy a huir. Yo no. Porque he aprendido que no importa a dónde vamos, eso que tratamos de dejar no está nunca afuera. Acabamos llevándolo con nosotros. Y con cada paso se vuelve más pesado. Y con cada nueva vida que tocamos lastimamos más. Y con cada calle nueva que recorremos nos acercamos en lugar de alejarnos. Una casa nueva no es una vida nueva, y una maleta no es un proyecto. Estoy queriendo irme, pero me da miedo con ello renunciar. No voy a renunciar. No voy a enfermarme de los nervios y llorar y llorar. No voy a esconderme en un rincón, ni detrás de una maestría, ni entre las faldas de mi mamá (mi mamá rara vez usa falda), ni entre cortinas de humo de tazas de café de muchachitas frívolas reinosinas (o sanpetrinas), ni nada de nada. Yo no soy esta persona enojada, pero no puedo ser esa otra dejada. Yo no soy la que no fue suficiente, la que no fue. Esa no soy yo.



LaMaz on a Roaring Rampage of Revenge.

7.06.2004

Relatividad

He pasado las últimas horas fluctuando vergonzosamente entre la llorancia el encorajinamiento. No me hallo. No entiendo. Todo está muy mal. No he dejado de pensar eso y de pronto, alguien desde allá arriba me da un zape y hace que me calle la boca. Perdón. Perdón por la autocompasión y la sufrencia y todos los porquéamís exagerados. Nomás era un muchacho. En cambio, el señor ese al que recogí en la calle hoy, él sí que pobre. Me hizo señas de que me parara. Cincuentón, canoso. Caminaba con la ayuda de un bastón muy despacito. Yo también iba a vuelta de rueda por el tráfico y porque no cabíamos en la calle dos autos y él caminando abajo de la banqueta. Me dijo que si le daba un aventón. Nunca doy aventones a desconocidos. Iba a la iglesia. Moví mis mil mugres del asiento del copiloto (listic, botella de agua, encendedor, libros, bolsa, celular, etc), súbase. Me llamo Fulanito Garza Treviño, mucho gusto. ¿Usted cómo se llama? Seniorita Maztrich...ahh mire, nunca había oído esos nombres. ¿Y sus apellidos? (Ok, si ya vamos a hacer cosas indebidas y peligrosas, vamos a darle de una vez el nombre completo) De tal y tal. Ándele, esos sí los había escuchado y son nombres cristianos. Yo voy a misa, fíjese. Aquí cerquitas. Tuve un accidente hace tiempo. Terrible. Por eso voy a misa. Estuve nueve meses en coma. Hospitalizado 3 años. Empiezo a llorar las primeras lágrimas que saben diferente en los últimos días. Soy una estúpida. Prometí que si volvía a estar bien, iba a venir todos los días, y no he fallado. Hoy por ejemplo, se me hizo tarde a la misa de las 8 y media (apenas iba a preguntarle a qué sospechoso horario se dirigía a las 9:10 AM), y que me la encuentro a usted. A mí me gusta pensar que Dios la puso en mi camino. Llegamos. Se me ha hecho tardísimo y esta desviación me va a retrasar todavía más pero no me doy cuenta.

A mí me gusta pensar que Dios lo puso a usted, Señor Bastón Garza Treviño en mi camino.

Era sólo un muchacho cualquiera. Era un cualquier muchacho.
Un muchacho que se portó como cualquiera.

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Tantas

Sólo un minuto de silencio por las treintaytantas mil palabras que ayer fueron quemadas junto con los cuadernitos.
Una semana de abstinencia literaria. De duelo y de luto.

Y luego podré empezar de nuevo.

Esquizofrenia

Una vocecita dentro de mí dice: No perdonar, no mirar, olvidar. No volver a ver nunca. Borrar, borrar, borrar. Ya no existen los números en la memoria, ni las palabras en los cuadernos ni las fotos en el álbum ni nada de nada. Lo tiré todo lejos.


Otra voz cantaba en la mañana cuando escuché por fin el casette que mi hermano trajo ("Me encontré esto en un cajón, me imagino que es tuyo"). Era Gabriel, mi amigo de la prepa. El muchacho alto y grande que pintaba y tocaba el piano y componía. Le cantaba a Marcela. Recuerdo a Marcela, una chica de ojos dulces y pecas y pelo chino largo. Tenía el aspecto de una muñeca. Nunca supe qué era lo que le había pasado, pero esta mañana, en mi auto, Gabriel volvió a cantar suavemente la rima cursi acompañada del arreglo simple para piano:

"Creíste en el amor a ciegas, Marcela
Perdiste algo por ser sincera.
Creíste despertar tras una ventana rota
Y del filo de otro corazón que corta"


"Fuiste fiel sincera y más que tierna (Marcela)
Pero sé que no importó
Que te hubieran roto el corazón,
y que una tormenta de lágrimas llovió"

"Si te engañaron perdona, no te queda esa corona
Ya no llores más, tus grandes ojos miel, Marcela"

"Hoy ya nadie te hablará del tema, (Marcela)
tu diario cerrarás contenta
Pudiste retocar, la pintura de esa niña que corría a llorar"


Tengo ganas de ver a Marcela, de repente. No sé si vaya a acordarse de mí. El miércoles pasado vi a su hermana en mi antigua secundaria. Quiero preguntarle, quiero saber si perdonó.


7.05.2004

Despierta desde las 5 AM y no puedo postear. Argh.

7.03.2004

Hacer una plana de...

El alcohol, los analgésicos, los celulares y la indiferencia (del otro) no combinan.
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7.02.2004

Persistencia matchmeikeriana

Hay gente que no sabe darse por vencida. Ella, la amiga tocaya de la amiga, es una de esas personas.

En septiembre de 2001. Amiga, voy a hacerte un deit con un morro súper acá: es bien inteligente, chistoso y está de buen ver. La amiga y el morro acabaron por liarse más por compromiso que por cualquier otra cosa. Se dijeron las cosas de la enamoración superficial, se entregaron los besos de rigor y finalmente, las palabras del enojamiento y la separancia. La amiga lloró, el morro se largó sin ir a la graduación y de todo eso no queda más que un contacto inactivo en la lista de MSN de ambos, y dos viajes a la costa pacífico.

Septiembre de 2003. Amiga, te va a llamar la güera porque queremos que salgas con su hermano. Es un bato bien formal, ya terminó carrera y maestría, le va bien y está guapísimo. Es medio tímido pero te va a gustar. El bato se reportó en lugar de la güera. 31 años, menos mal que se reportara él. Nadamás por la valentía, va, al cine. Y nomás de puro coraje, va, a tomar unos drinks. Y nomás porque se dejó, a una boda foránea. Pero ya, basta. La amiga knows better this time. Y al final, eran puras conversaciones superficiales autocensuradas. Otro contacto para siempre inútil en el MSN.

Hace un mes. Amiga, (en la contestadora) espero que no andes de novia porque le dí tu teléfono a un amigo de mi marido y te va a hablar para invitarte a una boda. Amiga escucha mensaje y suspira resignada. Amigo del marido no llama. Fiuf. Antier: (por MSN) amiga, ¿cómo les fue en la boda? ¿cómo que no fueron? Ayer, tres correos nuevos en el inbox. Correo 1: Amiga, te mando los teléfonos de este güey. Correo 2: Amiga, este es la dirección de correo del chavo que te dije. Correo 3: Hola L, soy amigo de la B y del A, ¿cómo estás? ARRRRGGHHH Y lo peor de todo: Un nuevo contacto de MSN.

Debería de tener un grupo en el MSN titulado: Cementerio de deits fallidos organizados por la B.



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